Los vecinos de Ladruñán están «más tranquilos» después de la reciente reparación de un tramo de la carretera que da acceso a este barrio pedáneo de Castellote, en concreto, de un «peligroso agujero» que daba al barranco, situado a unos 2 kilómetros de la entrada a la localidad. Se trata de la carretera TE-V–8102 que une Santolea con Ladruñán. En total son unos 6 km que necesitan actuación.
De momento se ha actuado en unos 800 metros para solventar uno de los puntos de mayor peligrosidad de la vía. Este tramo estaba en «muy malas condiciones» por la erosión de la tierra por debajo de la vía, que ocasionó la creación de un gran hoyo, justo en un cambio de rasante, con riesgo de provocar «daños personales». Este tramo no permitía el paso de dos vehículos a la vez y se estaba quedando «hueco» por debajo.
Es por eso que la Diputación de Teruel ha actuado en este «punto crítico» de la vía con el refuerzo de la infraestructura, rellenando de cemento el peligroso agujero y asfaltando este tramo de la calzada. «Se han limpiado las cunetas y se ha bacheado, además de arreglarse el tramo muy peligroso de la carretera. Se ha rellenado el agujero con hormigón», explicó Domingo Espada, alcalde pedáneo de Ladruñán.
Ahora, desde la localidad se está a la espera de que se avance con las actuaciones en el resto de esta vía que presenta considerables baches. «Estamos pendientes de una inversión de los Fondos del FITE 2021 para que puedan empezar un tramo nuevo. No sabemos cuánto adjudicarán ni por dónde empezarán ya que quedan unos 5 kilómetros por acondicionar», detalló el primer edil.
Lo cierto es que el mal estado de esta carretera -que comienza desde el cruce de Santolea y lleva a este barrio pedáneo-, provocó el pasado verano quejas generalizadas por parte de vecinos y turistas, debido a su peligrosidad. De hecho se llegaron a reventar varias ruedas, sin olvidar el intenso tráfico de camiones, que hace que la vía soporte gran tonelaje.
Gran número de turistas
Aunque en los meses de invierno la población de Ladruñán se reduce a unas 25 personas, en época estival puede alcanzar los 300 habitantes, entre vecinos y segundos residentes, sin contar la gran afluencia de visitantes. Por la proximidad con el monumento natural del Puente de la Fonseca muchos turistas transcurren esta vía. De ahí la importancia de su acondicionamiento. «Estamos más tranquilos con esta actuación porque se ha eliminado el peligro y se puede pasar con el coche con seguridad. Además con el buen tiempo empezarán a venir más turistas ya que la carretera da acceso al puente natural y al río y será de vital importancia», recalcó Domingo Espada.