Los trabajos de restauración y reconstrucción del Castillo de Valderrobres estarán concluidos en mayo. De este modo, la finalización de las obras se adelantará 6 meses a las previsiones iniciales, que situaban la entrega de la obra en torno al mes de noviembre. Actualmente la parte meramente arquitectónica está ya finalizada. A lo largo de las próximas semanas se concluirán las labores de carpintería, electricidad y los remates finales para dar ya por terminada la obra. Detrás de este importante acelerón en las obras está el hecho de que el monumento haya permanecido cerrado al público debido a la situación sanitaria. Las previsiones iniciales contemplaron simultanear las obras con las visitas al castillo.
Por todo ello, dado que solo queda pendiente la fase final de reconstrucción, se decidió mantener cerrado el Monumento Nacional durante todo el mes de abril, incluida la Semana Santa, y así poder tener toda la obra lista el próximo mes de mayo, además de por prevenir posibles contagios. «Hemos estado cerrados al público y ello ha permitido a la empresa encargada de las obras poder incrementar el ritmo de trabajo, por lo que pensamos que las obras, inicialmente previstas para noviembre, estarán ya en mayo», explicó Manuel Siurana, director de la Fundación Valderrobres Patrimonial, entidad gestora del castillo.

Gracias a estos trabajos el edificio recupera varias dependencias. En su interior se reconstruyó la bodega, en la que se instalaron varios toneles. La cárcel de los capellanes es otro de los espacios que podrá visitarse después de que permaneciese hundida anteriormente. Las despensas, la primitiva fortaleza defensiva, el Salón de los Leones y la Sala Dorada son otras de las dependencias que se han recuperado gracias a estos trabajos. Asimismo, se han consolidado y limpiado todas las fachadas exteriores. Destacan por ello las nuevas cubiertas, desaparecidas en los últimos siglos por su hundimiento, y que aportan mayor volumen al edificio. A la hora de cubrir el tejado se optó por instalar tejas antiguas del territorio, desechando la instalación de tejas de imitación. «Hemos recuperado la volumetría original que tuvo el castillo cuando se decidió terminar con las labores de construcción en el siglo XV y cuyo proyecto era aún más ambicioso», añadió Siurana.
Todo ello después de que el pasado año se llevasen a cabo actuaciones como la apertura del histórico paso gótico entre la habitación del Arzobispo y el templo parroquial, la adecuación de las almenas del castillo para hacerlas visitables y el cierre del patio de armas. Por su parte, el Ayuntamiento ajardinó y urbanizó todo el perímetro del conjunto Iglesia-Castillo y dignificó todo el entorno, después de haber ubicado varios aparcamientos disuasorios en las inmediaciones. La reapertura del castillo permitirá ofrecer mejoras de cara a los visitantes. Está previsto instalar unos paneles interactivos y se ofrecerá servicio de audioguía. El siguiente hito será la musealización del sótano existente bajo el patio de armas. Las obras comenzaron hace dos meses y podrían estar finalizadas a lo largo de este año. El espacio albergará varias maquetas, como la del proyecto inicial del castillo, reproducciones de renombradas obras de arte y una tienda.
Cabe recordar que las obras de restauración del monumento valderrobrense cuentan con una inversión total de 1,2 millones de euros. Todo ello gracias a unas inversiones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Valderrobres, fondos de la propia Fundación, un FITE y una donación de la Fundación Funiver. Asimismo, la mitad de la cuantía corre a cargo del Ministerio a través del 1,5% Cultural. «Estamos ante el principal monumento de Valderrobres y su puesta en valor es algo muy importante, no solo para los visitantes que volverán a venir hasta nuestro municipio, si no para todos los valderrobrenses», explicó Carlos Boné, alcalde de Valderrobres.
«Capricho» de Fernández de Heredia
La construcción del castillo-palacio de Valderrobres se debió principalmente la labor del arzobispo de Zaragoza y noble aragonés, García Fernández de Heredia cuyo escudo de armas preside la puerta principal. Según investigaciones llevadas a cabo por la propia Fundación y por distintos historiadores, el clérigo sintió una especial vinculación y predilección por Valderrobres y por ello a finales del siglo XIV ordenó que la anterior construcción de origen militar se ampliase y transformase en un palacio residencial. El proyecto de palacio ideado por el arzobispo era aún mayor que en la actualidad, por lo que la actual construcción quedó inconclusa entre otros motivos por la repentina muerte de Fernández de Heredia que fue asesinado en 1412 en Almonacid de la Cuba.