«Rosqueta» en Alcañiz, «Pascuica» en Andorra o Castelserás, San Bartolomé en Caspe… el Lunes de Pascua tiene muchas denominaciones dependiendo de la localidad pero un denominador común. Es el último día para celebrar la Semana Santa con amigos o familia.
Por ello muchos bajoaragoneses salieron este lunes para terminar la Pascua en compañía de sus allegados. Los masicos, explanadas en el campo, bodegas, ermitas o simplemente una terraza. Todos los lugares fueron el punto de reunión de grupos de amigos y familias, que disfrutaron de un día con todo tipo de manjares gastronómicos, desde carnes hasta dulces pasando por paellas y fideuás.
La «rosqueta» fue protagonista. Este producto es un bollo que, dependiendo del tamaño, lleva uno o dos huevos duros cuyas cáscaras están coloreadas. También cada vez tiene más auge la «Mona de Pascua» creada al gusto del niño y, en algunos casos, totalmente personalizada.
Caspe, por su parte, celebró San Bartolomé. Multitud de torres y mases reabrieron sus puertas para recibir la primavera y el buen tiempo con una comida en el campo. La ermita de este santo, ubicada en la urbanización de El Dique, acogió la celebración religiosa.