La calle sigue cortada tras la lluvia que llevó al desalojo de los vecinos de la casa contigua a la afectada que ya han podido regresar
La lluvia que descargó en la noche de este jueves en Alcañiz llevó a la Policía Local a cortar la calle San Pedro al tráfico después de comprobar algunos desprendimientos en la fachada del número 72. Se trata de una casa en estado de abandono.
Alrededor de las once de la noche, José Miguel Esteban, el vecino de la casa contigua, metió el coche en la cochera. «Escuchamos un ruido pero no vi nada y nos fuimos a dormir. Al poco tiempo nos llamó la Policía y nos recomendó que pasáramos la noche fuera», explica. Mientras inspeccionaban la zona y seguía lloviendo cayó una gran parte de la pared y en la mañana de este viernes, la fachada seguía desprendiendo humedad.
José Miguel, su esposa y su suegra marcharon a casa de un familiar por precaución y con la convicción de que a lo largo de la mañana de este viernes alguien les diría algo. «En el Ayuntamiento me han dicho que había estado la propietaria, había hablado con la arquitecta, que se encargarían de la obra y que me llamarían pero nadie me ha dicho nada. Si nos tenemos que ir para que se arregle, no hay problema, el problema es que pasen tantas horas y seguir con esta incertidumbre«, lamentaba.
El contacto que esperaba llegó por la tarde y desde el Ayuntamiento le confirmaron que la noche de este viernes podían pasarla en casa. «Se han comprometido a realizar los trabajos necesarios a partir del lunes«, explica Esteban.
La calle permanece acordonada para el tránsito por lo que, además de no poder circular, ninguno de los vecinos de la vía puede guardar sus vehículos en los garajes.
Con la «psicosis» de Pui Pinos en la cabeza
En las conversaciones sobre lo sucedido entre los vecinos es inevitable que salga el tema del cerro. «Claro que hay preocupación después de todo lo que pasó en Pui Pinos y el último desprendimiento en el Corcho», dice Esteban. «Por eso creo que esto es una cuestión de un arreglo estructural por parte del Ayuntamiento y no de apuntalar la casa», añade.