El Ayuntamiento baraja la posibilidad de abrir un carril para el tráfico de vehículos
A punto de cumplirse dos meses del desprendimiento de parte del cerro de Pui Pinos, la Ronda Teruel todavía sigue cerrada al tráfico y se estudian fórmulas para que pueda reabrirse en las próximas semanas. En estos momentos Aquara está realizando unos trabajos en la zona y una vez los terminen, el Ayuntamiento de Alcañiz se pondrá en contacto con Fomento para encontrar algún método que pueda facilitar el tránsito de personas y vehículos por la Ronda Teruel. Con todo, es complicado saber la fórmula en la que se podría realizar la reapertura. «Se baraja la opción de abrir aunque sea solo un carril. Han pasado solo dos meses desde el derrumbe y es difícil saber algo con exactitud, aunque es cierto que nos gustaría dejar aunque fuera una zona abierta», indicó Ignacio Esparrells, concejal de Seguridad Ciudadana. De todos modos, será la dirección de obra quien tenga la última palabra.
A la espera de recibir el informe final sobre el desprendimiento de Pui Pinos, los técnicos siguen trabajando con la hipótesis de que una filtración de agua provocara el deslizamiento. Se sabe que había una gran cantidad de humedad bajo la tierra de lo que fue una antigua escombrera, pero los expertos todavía no aciertan a decir cual fue la causa principal del derrumbe.
Reunión con los vecinos
Después de varias semanas sin tener una reunión formal, varios vecinos afectados tuvieron ayer un encuentro con Juan Carlos Gracia Suso, alcalde de Alcañiz, Ignacio Esparrells, un técnico del ayuntamiento y otro de la dirección de obra. Los representantes del Consistorio alcañizano trasladaron a los vecinos la actualidad de los trabajos en Pui Pinos y quedaron en hablar la próxima semana para mantener una nueva reunión en la que también estarán presentes la arquitecta municipal y representantes de la dirección de obra.
Por el momento, «hemos conseguido asegurar que la zona que antes era inestable, ahora ya sea estable, aunque es cierto que todavía se trabaja en la estabilización completa del cerro». Tal y como señaló Esparrells, los técnicos de obra entienden que la «zona es segura», aunque no se puede olvidar que el desprendimiento de Pui Pinos se produjo por causas naturales y desconoce si podría volver a suceder.
En cuanto a los vecinos, por el momento son 12 de los 58 desalojados los que todavía no han podido volver a sus casas. El foco está ahora puesto en el portal número 63, cuyos inquilinos, un total de tres personas, están a la espera de que se realicen una serie de actuaciones en el domicilio que les puedan permitir volver a su casa. El desprendimiento de tierra causó daños en la parte trasera del edificio provocando graves desperfectos en el interior del edificio. «La vivienda sufre algunos desperfectos estructurales. Faltan algunas ventanas y la cocina está bastante afectada. Es cierto que el edificio está en pie, pero todavía no está habitable», señaló David Miranda, portavoz de la plataforma de afectados.