Los 13 afectados, que el domingo tenían que dormir ya en los pisos de alquiler, aún se quedarán unas semanas en sus casas
Los desalojos de los 13 vecinos afectados por la primera parte de las obras para sanear y garantizar la seguridad del cerro Pui Pinos de Alcañiz se han pospuesto por tiempo indefinido. Así se trasladó ayer a los vecinos según confirmaron fuentes municipales. En un principio se avisó a los afectados que el próximo domingo por la noche ya deberían dormir en los pisos de alquiler porque se preveía que el lunes comenzarían los trabajos que ya requieren una mayor seguridad en la zona.
Sin embargo no ha sido así porque aún faltan por colocar las pantallas de protección a lo largo del cerro, paso previo a que se acometan las obras y que por tanto, sean necesarios los desalojos por seguridad. Aún se está preparando el terreno en el que se colocarán las mallas de seguridad y en los próximos días comenzará su instalación. Por ello, desde el equipo técnico de Pui Pinos se ha considerado que no es necesario realizar el domingo los cambios de vivienda si aún no es necesario por protocolo.
Los afectados son 13 vecinos de cinco núcleos familiares que residen desde la zona que se desprendió en abril de 2017 hasta la conocida como «casa Gaibar» pero solo los que residen en la acera del talud, no los de la ribera del río. También una cochera y una almazara de aceite. Todos ellos ya han escogido el piso de alquiler que se adapta a sus necesidades y que sufragará el Consistorio. También se ha alquilado una nave compartida por dos familias para guardar aperos agrícolas. Cuando sea necesario su traslado se les avisará con «más de una semana de antelación».
Las pantallas, preparadas
Las pantallas de malla, parte de las cuales ya han llegado de Suiza, se guardan en la ribera del río Guadalope. Se colocarán por toda la cara del cerro que mira al río Guadalope. Concretamente, desde el cuarto Torreón en dirección ascendente terminando en la Casa Gaibar. No obstante, las obras de saneamiento y vaciado del talud se llevarán a cabo en dos fases. La primera, a la derecha de la zona que se desprendió en abril de 2017, y la segunda, a la izquierda.
Concretamente, se actuará como ya se hizo en el área del desprendimiento retirando todos los rellenos hasta dejar la roca a la vista. Después se actuaría de forma integral sobre toda la ladera con la mejora de sus paseos y miradores. Su desarrollo requeriría la excavación con maquinaria pesada, lo que obligaría a la implantación de medidas temporales de seguridad como banquetas de tierra, barreras o pantallas de protección.
Por ello, el equipo de ingenieros recomienda el desalojo de las viviendas situadas debajo del talud que estén más expuestas. Por último se protegería la zona mediante una malla de acero en toda la superficie y bulones (tornillos de gran tamaño). Las obras se prolongarán unos seis meses.
Se construirá un vial al Cuartelillo
Con las obras de la primera fase también se aprovechará, cuando se sanee el talud, para acondicionar la zona en la que se prevé construir un vial proyectado en el Plan General de Ordenación Urbana que conectará la Ronda Teruel, justo después del muro de Gaibar, con la zona del Cuartelillo. Con el presupuesto de las obras, 1,5 millones, no hay dinero para construir esta avenida, que se prevé realizar en una fase posterior.
El vial llegaría exactamente hasta el Cuartelillo por la zona en la que ahora está el arco de San Pedro, de forma que serviría como acceso y salida a la plaza España. También se quiere que, cuando se construya esta avenida, también se adecue un ramal hasta el futuro parquin subterráneo del Cuartelillo, un proyecto también en cartera del equipo de gobierno desde hace años que no se ejecuta por falta de financiación.