Nueve nidos de cigüeña, de entre 100 y 400 kilos de peso, que se encontraban en riesgo de caída de la excolegiata Santa María la Mayor de Alcañiz han sido retirados durante la mañana de este miércoles gracias a un amplío dispositivo coordinado por el Ayuntamiento. El extremo del edificio más cercano a la Torre Gótica (el lado izquierdo si se mira de frente) permanecía vallado desde la semana pasada por el desprendimiento continuado de ramas a la vía pública, que ponía en peligro a los ciudadanos y dañaba a los coches aparcados en el entorno. Sin embargo, todas las alarmas habían saltado ya el pasado mes de abril, cuando el día de Sábado Santo se cayó medio nido y golpeó en el brazo a una mujer, que había salido de la iglesia para dormir a su nieto en el carro. En total, se han censado 37 nidos de cigüeña en la excolegiata, siendo los más peligrosos los ubicados en la parte frontal que ya se han apartado. También se ha aprovechado para quitar de la fachada hierbas y raíces de higueras.
La intervención -que ha involucrado al arciprestazgo de Alcañiz, a los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón, a los bomberos de la Diputación de Teruel, a la Policía Local y a los técnicos municipales de Medio Ambiente- comenzó a planearse hace 20 días. Se ha realizado en este mes de agosto, ya que es la fecha en la que los APN indicaron que se podía actuar. «Era muy necesario para evitar una desgracia mayor. La vecina que sufrió el accidente en Semana Santa tuvo que ser atendida en el Hospital. La gente tenía miedo de pasar por ahí, y varias personas muy enfadadas incluso se habían acercado a hablar con el párroco«, ha explicado el alcalde Miguel Ángel Estevan, quien ha visitado los trabajos.
La parte más complicada de la operación, la retirada de nidos y restos biológicos en altura, ha sido llevada a cabo por cinco efectivos del parque de bomberos de la DPT en Alcañiz: el jefe de intervención de la zona este, un oficial y tres bomberos. La actuación se ha dividido en dos fases. Por un lado, se ha trabajado en la cara frontal de la iglesia con una grúa especial gracias a la colaboración de una empresa externa que ha aportado la maquinaría. Por otro lado, se ha intervenido en la techumbre con sistemas de anclaje. El mayor desafío lo han encontrado en la torre izquierda, donde hasta ahora no se había podido acceder y se encontraba el nido con mayor peso, 400 kilos. El resto de los nidos apartados rondaban entre los 100 y 200 kilos. En uno de ellos, como anécdota que ha despertado las risas entre los trabajadores, se ha encontrado un sujetador de color negro.
La compleja intervención ha durado casi ocho horas, desde las 7.00 hasta cerca de las 15.00. Los operarios del Ayuntamiento se han encargado de limpiar la zona de los restos de los nidos retirados, mientras que la Policía Local ha restringido la circulación por precaución. Además, aprovechando la grúa, que es más larga que la escalera usada habitualmente por los bomberos, se han quitado las hierbas y raíces de higueras que pueden dañar el patrimonio.
Electromagnetismo para que no vuelvan a anidar
El concejal de Desarrollo de Patrimonio, Carlos Andreu, quien también ha visitado los trabajos, ha señalado que esta actuación ha sido un «parche» a un problema de seguridad que volverá a repetirse, si no se hace nada, el año que viene cuando las cigüeñas aniden de nuevo en la iglesia. «El edificio tiene el máximo grado de protección de un monumento, es Bien de Interés Cultural. La intervención es muy compleja porque entran en juego muchas administraciones. Lo primero que vamos a hacer es coordinarnos con el arciprestazgo y Medio Ambiente», ha dicho Andreu.
En la misma línea, Miguel Ángel Estevan ha adelantado que habrá una próxima reunión en el mes de septiembre. «Nos gustaría implantar un sistema de electromagnetismo que impida que vuelvan a anidar las cigüeñas. Tenemos que presupuestar el proyecto y determinar qué administraciones van a financiarlo ya que se trata de una propiedad que no es municipal. Nosotros estamos dispuestos a ayudar», ha detallado Estevan.
No es la primera vez que los bomberos de la Diputación de Teruel tienen que intervenir en la excolegiata de Alcañiz para evitar daños mayores entre las personas que visitan diariamente la iglesia o los vecinos que caminan por la zona. El peligro de desprendimiento de nidos aumenta, sobre todo, en eventos como bodas, bautizos, comuniones, funerales o la propia Semana Santa.
¿Por qué no se hace como en otras ciudades, que se les ponen soportes altos y arandelas para que formen sus nidos fuera de la población?
Que hagan lo que sea. Pero es una barbaridad la cantidad que hay y el destrozo que causan.