Se rehabilitará la fachada en 2019 y después se llevará a cabo la mejora de todo el interior para albergar el museo y oficinas
La rehabilitación y reforma interior de la Lonja de Alcañiz podría ayudar a aliviar la saturación de espacio en la Casa Consistorial de Alcañiz al tiempo que albergará, al fin, el futuro museo de la ciudad. El Gobierno de Aragón a través de los fondos FITE ha sacado a concurso la redacción del proyecto de ejecución de las dos fases en las que consistirá la reforma del edificio, que deberá estar listo antes de que termine el año. Este trámite se lleva a cabo una vez han terminado los estudios previos como catas, escaneado láser de fachadas e investigaciones mediante un georadar que han determinado las afecciones que sufren la Casa Consistorial y la Lonja; y qué obras se deben acometer. Un conjunto, declarado BIC y que data del Renacimiento (siglo XVI), que presenta un estado de deterioro y degradación de ciertos elementos. En los últimos tiempos se han hecho evidentes los desprendimientos parciales y fisuras en cerramientos. La fachada está afectada por polvo y polución y el alero se encuentra deteriorado. Precisamente, la primera fase englobará, con un coste de 316.000 euros, tanto la restauración de los elementos de valor patrimonial artístico e histórico como las fachadas de la Lonja y la Casa Consistorial además de sus respectivos aleros. Estas obras, costeadas al igual que el proyecto con 600.000 euros del FITE, se ejecutarán y terminarán en 2019.
Dos usos tras la reforma
La segunda fase, en la que se adecuará todo el interior para los nuevos usos, tendrá un coste más elevado, 1,3 millones de euros, que requerirán contar con alguna nueva ayuda económica.
En el pliego mediante el cual se saca a concurso el proyecto se reconoce que la actual distribución interior es «caótica» a consecuencia de las sucesivas ampliaciones y el acoplamiento del espacio disponible a las funciones a las que se ha ido destinando. Las plantas presentan múltiples desniveles y un exceso de compartimentación además de enmascarar los elementos de parecen conservarse de la construcción original. La superficie total es de 2.180 metros cuadrados de los que 1.130, la mitad, se encuentran sin uso.
Por un lado, se dará a la Lonja un uso administrativo trasladando algunos servicios municipales ya que algunos de ellos se han quedado sin posibilidad de crecer en la actual Casa Consistorial. En el documento se especifica que se deberá estudiar la conveniencia de trasladar el servicio completo de Intervención (Interventor, técnico, tesorero y tres administrativos) o bien el de atención al ciudadano (cuatro administrativos). A la hora de tomar la decisión final se deberá tener en cuenta que los nuevos espacios puedan seguir conectados por el ascensor.
Por otro lado, la Lonja se convertirá en un espacio cultural que podría ser una subsede del Museo de Teruel en Alcañiz. Una vieja reivindicación de la ciudad que ya se ideó en los años 70 y de la que ya se cuenta con antiguos proyectos. Sin embargo, con los años su espacio se reconvirtió en despachos y en aulas del Conservatorio imposibilitando otros usos.
La Lonja incluiría tres exposiciones distintas en su interior: la colección arqueológica de Alcañiz, con piezas desde el paleolítico hasta el medievo; colección Ángel Quílez, compuesta por medio centenar de obras de arte, fundamentalmente religioso, de los siglos XII al XVIII; y otras colecciones como las tablas góticas y renacentistas de Santa María la Mayor, conservadas actualmente en la sacristía de la Iglesia tras un convenio de depósito temporal; y otras obras propiedad del Consistorio con especial atención a dos pinturas murales que proceden de la Torre del Homenaje del Castillo Calatravo como son la Rueda de la Fortuna y el Trovador.
Buenas noticias.
Alcañiz podría ser mejor, si fuera bien cuidada.
Las directrices de la Unión Europea, en esta materia, van en la dirección de la Conservación, la Protección, y la Restauración, sobre todo en las áreas de los cascos históricos de las ciudades, o pueblos, evitando la demolición o el derribo de viviendas antiguas, subvencionando la restauración, las calles peatonales,la restricción del paso de automóviles y evitando la construcción de parkings, instalando pequeñas áreas verdes, y espacios abiertos, pero respetando la propiedad privada, y los derechos de las personas, en primer lugar.
Los Derechos Humanos, y la Constitución, y las directrices de la Unión Europea, están por encima de cualquier Plan General de Urbanismo, local, que ha quedado obsoleto, y es imposible de poner en práctica si atentar contra los derechos de los ciudadanos.
Después de Tratado de Maaschtriit, no es posible violar las normativas de Bruselas en esta materia.
El acoso a las personas que viven en el casco antiguo, o tienen allí sus viviendas, y el afán de derribar casas al suelo, causando daños a los bienes de los vecinos, expropiando los solares, y haciendo negocios con los empresarios de la construcción, con especulaciones que perjudican la convivencia pacífica, es en tema muy delicado, que está siendo estudiado, en diversas sedes, para descubrir si existen irregularidades o actividades ilegales.
No se puede dañar las viviendas o a las personas, negándose a pagar las indemnizaciones,para que alguien gane dinero, especulando.
Sería una farsa trágica, y un fraude que ya ha causado víctimas.
La conservación y restauración y protección de la identidad originaria del lugar es un tema prioritario.