Bodegas Guallart ofrece una interesante variedad de vinos elaborados en Alcañiz.
El Bajo Aragón tiene en Bodegas Guallart un interesante atractivo enológico. De esta finca salen vinos exentos de herbicidas y tratamientos, de los cuales alguno ha obtenido prestigiosos premios de «Catavinum», «Grenaches du monde» o la agencia «A la mesa». Además, el hecho de que la viña y la bodega estén ubicadas justo al lado una de la otra aporta más calidad al producto, ya que las uvas mantienen su esencia y van directas de la vid a la bodega, sin sufrir largos periodos de transporte.
Los terrenos de esta explotación se ubican en la Val de Hueso de Alcañiz, en el kilómetro 246,2 de la N-211 (a apenas dos minutos en coche desde la capital del Bajo Aragón en dirección Caspe). En total, la empresa cuenta con 5,8 hectáreas de terreno, divididas por variedades: 2 hectáreas de garnacha (la variedad más conocida y apreciada de Aragón), 1,8 de tempranillo, 1 de cabernet y otra de merlot.
La pasada semana se terminó de vendimiar la variedad tempranillo, y en aproximdamente una semana se empezará con la garnacha. Aunque es ahora cuando tiene lugar la recolección de las uvas, cabe destacar que el vino obtenido se empezará a embotellar a partir de noviembre y diciembre.
Valdehueso, Redoble y Torre los Pinos
Los nombres que reciben los vinos procedentes de Bodegas Guallart son Valdehueso, Torre los Pinos y Redoble. Este último, cuyo nombre se explica por la tradición tamborilera de Alcañiz, es de un tinto mezcla de las variedades garnacha, cabernet y merlot, que fue premiado con la medalla de plata en la Catavinum World Wine and Spirits Competition 2017, en la que participaron nada menos que 3.840 vinos de 20 países. Asimismo, el Redoble también obtuvo la medalla de plata en los Premios Pequeñas D.O. de la agencia «A la mesa».
Otro de los vinos galardonados es el Viña Valdehueso 2015, un tinto procedente de la garnacha, que obtuvo la medalla de plata en el certamen internacional Grenaches du monde y fue valorado como mejor tinto joven en la XVII feria de vinos de Cretas.
Cabe destacar que el precio de cada botella oscila entre los cinco y los diez euros, en función del tipo de vino.
Cuidados de la viña y variedad de uvas
Ignacio Javier Guallart, propietario de la finca, explica lo que supone todo el proceso de cuidado de los viñedos. «Hay que mantener la viña durante todo el año a base de podas, riegos, control de plagas, control de los grados que tiene, ver la maduración de la uva cuando se acerca el momento de la vendimia, etc.», comenta.
Al igual que en gran parte de España, este año la vendimia ha llegado mucho más pronto que en otras campañas. Una vez tiene lugar este proceso, el mosto recolectado se deja reposar y fermentar. Para los menos entendidos, Guallart resalta que en un breve periodo de tiempo se puede obtener vino. «En solo diez días de fermentación ya se crea vino, es cierto que muy muy joven, pero vino al fin y al cabo», manifiesta.
En cuanto a las variedades de uva, el propietario de la bodega distingue claramente entre la adaptación de la garnacha y la del tempranillo. «La garnacha es una uva que se produce muy bien en Aragón en general, está frondosa, da mejores producciones y su vino es muy bueno», explica. Sin embargo, destaca las dificultades con la introducción del tempranillo. «Nos está costando más, a lo mejor por el terreno o porque las características no son tan apropiadas como en otras zonas», asegura.
Difícil introducción en el mercado
Pese a que los vinos de Bodegas Guallart tienen «buena salida», el propietario se muestra precavido ante un mundo en el que «cuesta introducirse». «Hay que ir poco a poco, porque hay mucha competencia tanto de vinos como de bodegas grandes, y esto es una pequeña bodega y una pequeña viña», afirma. Cabe destacar que las bodegas en el emplazamiento actual se inauguraron hace menos de un año y medio, en abril de 2016.
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