Muchas empresas del territorio ya se han organizado para ofrecer sus servicios a domicilio para intentar aminorar la pérdida inevitable de clientes. Los pequeños comercios locales como panaderías, fruterías o farmacias, entre otros, ofrecen reparto a domicilio sumándose a las empresas que ya lo hacían y mantienen este servicio pero extremando las medidas de seguridad. Muchos ayuntamientos también ponen a disposición de sus vecinos más mayores la entrega en casa de los pedidos que se realicen en los comercios locales.
La Comarca del Bajo Martín, la única institución que reparte comida caliente a domicilio durante todo el año, continúa con este servicio incluyendo a los ancianos que no podrán acudir a comer al centro de día comarcal al encontrase cerrado. Este lunes entregaron 39 comidas, de las que ocho eran de usuarios del centro. Unos números que se repetirán en los próximos días. «Les hemos dado la oportunidad de llevarles la comida a casa. La mitad lo han aceptado y el resto están con familiares o son válidos», explica la consejera de Servicios Sociales, Vanesa Pellicena.
Albalate del Arzobispo, además del servicio de comidas a domicilio del Bajo Martín, desde siempre ofrece la posibilidad de dar de comer en la residencia municipal a personas no residentes. Este último servicio se suprime para reducir al máximo la entrada de personas de la calle pero esta comida a no residentes se entrega a domicilio. En estos días además, si alguien más se quiere adherir, puede hacerlo.
Algunos bares y restaurantes, que no podrán abrir durante el estado de alerta, han creado un servicio de comida a domicilio para aminorar las pérdidas y hacer la vida más fácil a los que se quedan en casa. Es el caso del restaurante Empeltre de Alcañiz. Comenzó este lunes con los platos que tiene en la carta y también quiere añadir menús a lo largo de la semana aunque depende del reparto de género. También el hotel-restaurante Meseguer mantiene su servicio de comida para llevar con envasado de atmósfera controlada al vacío por la que la comida se mantiene en perfecto estado 15 días.
Los establecimientos que ya tenían la entrega a domicilio intentan seguir con su marcha habitual extremando los protocolos e incluso aumentado su oferta para llegar dónde otros no pueden. En Telepizza Alcañiz solo cobran con tarjeta, no entran en los domicilios. El repartidor -con guantes y sin quitarse el casco- estaciona en el portal y deja las pizzas encima de la bolsa térmica sobre el cajón de la moto. El cliente las coge y acerca la tarjeta al terminal TPV para pagar. Si por el importe debe marcar su número secreto, el terminal se desinfecta al llegar a la tienda. La empresa también ya se ha ofrecido al gobierno estatal y en breve lo hará a los regionales y locales para poner su flota de repartidores a disposición de las instituciones. «Podemos colaborar, por ejemplo, en el reparto de medicamentos porque tenemos una amplia red», explica el gerente de Telepizza Alcañiz.
Victor Domenech, de Tintorería Víctor, intenta seguir con su servicio y sus rutas semanales a los pueblos aunque reconoce que la población vive «con incertidumbre» la situación y que el confinamiento y el cierre de establecimientos de restauración, entre los que tiene clientes, tendrá repercusiones económicas. «Estábamos en precampaña de la Semana Santa y ya estábamos trabajando con cofradías. Los particulares que esperan a última hora ya no vendrán y algunos que nos han traído las túnicas a lo mejor no vuelven a por ellas hasta el próximo año», apunta Domenech. En su caso, este lunes envió correos electrónicos a hoteles y otras empresas que no trabajan con él para ofrecer sus servicios en caso de que su tintorería habitual no pueda atender su demanda.