La consejera de Sanidad visitó este lunes Alcañiz para explicar el proyecto del nuevo Hospital. En una entrevista para La COMARCA analiza los meses de pandemia, adelanta las previsiones que se estiman y reflexiona sobre la gestión y medidas aplicadas
¿Todavía hay tiempo hasta Nochebuena para que haya cambios en las medidas?
Cuando tomamos decisiones no lo hacemos basándonos en datos puntuales de un día sino en una evolución y en una previsión porque nos encontramos en una situación dinámica. Ahora se da una circunstancia muy especial con dos semanas seguidas con sólo tres días lectivos y esto va a colisionar con la recepción de los datos porque en festivos no son los mismos que en semanas normales. No vamos a tener una idea clara exacta del volumen de contagios aunque sí que sabemos que la movilidad y agrupaciones sociales y familiares van a propiciar mucho el incremento de los contagios en todas las comunidades autónomas y en todos los países. Ya la semana pasada la predicción era que Aragón está dejando de tener un descenso de casos y estaba en una situación de meseta y con un incremento y si no tomábamos medidas un poquito más restrictivas probablemente nos íbamos a disparar. Esperamos que haya un incremento como es inevitable por las fechas pero esperemos que podamos iniciar la vacunación con incidencias acumuladas bajas.
¿Y podría haber cambios de cara a Nochevieja?
El lunes 28 revisaremos nuestro plan y a la vista de los que tengamos y, sobre todo, de la previsión de la tendencia, modularemos.
¿Reyes dependerá de esta semana?
Todos los elementos hacen pensar que en Reyes tendremos un incremento importante de casos. Se dan muchos eventos y circunstancias en diciembre que hacen que pensemos -y como así parece que se va corroborando- que en enero los datos serán peores. Podríamos duplicar los casos o incluso más.
¿Con qué porcentaje por 100.000 habitantes se podrían endurecer medidas para Reyes?
Tenemos un plan de actuación y se trabajan varios indicadores. Por ejemplo, en el nivel 3 en el que nos encontramos ahora tenemos que tener una incidencia acumulada a 14 días inferior a 250; una incidencia a 7 días inferior a 125, un porcentaje de positividad de pruebas PCR inferior al 10%, un número reproductivo por debajo de 1, un volumen de ocupación de las UCI por debajo del 30% y un volumen de hospitalización por debajo de un 15%. Deberíamos recrudecer si al menos dos indicadores saltasen y la tendencia fuera al alza. Es difícil hacer predicciones porque estamos en un escenario muy cambiante pero, tomados de forma conjunta, los indicadores sí pueden dar una idea de qué puede pasar. Seguimos en nivel 3 porque los indicadores lo dicen.
¿Cuál es el escenario con el que trabajar para después de Navidad?
Nos vamos a encontrar inevitablemente un incremento de los contagios en enero. Tampoco sabemos si va a ser a finales porque desde que se flexibilizan las medidas y aumenta la movilidad hay un impás de 7 ó 10 días hasta que aparecen contagios, de ahí hay otro impás de unos 7 días hasta que se produce la hospitalización convencional y hay otros 7 días hasta que se producen los ingresos en UCI.
Consensuaron los días de entrada y salida de la comunidad con zonas del norte pero no con otras limítrofes en las que viven aragoneses como Cataluña o Comunidad Valenciana, ¿por qué?
Fundamentalmente porque con La Rioja, Navarra, País Vasco, Cantabria y Castilla y León -de distintos signos políticos- compartimos no solo límites geográficos sino también movilidad social y muchas características desde el punto de vista epidemiológico. Más o menos tenemos una incidencia acumulada similar, las características de movilidad por el corredor del Ebro eran muy similares, los comportamientos y usos sociales son muy parejos… Nos pusimos de acuerdo y conseguimos un alto grado de consenso en cuanto a movilidad, restricciones en eventos sociales, número de comensales o días para cruzar el confinamiento perimetral.
Con Comunidad Valenciana y Cataluña no sé si han llegado a hablar de ello.
Con Cataluña compartimos una situación epidemiológica muy similar en verano con el problema de los temporeros en la franja, sin embargo, las medidas que se tomaron fueron diferentes. En Aragón fuimos más precoces cuando cada comunidad tenía autonomía para ejercer sus acciones y fuimos solos en esto. No quiere decir que no tengamos conversaciones con la consejera catalana porque no es así, sin embargo, siempre se han mostrado más proclives a realizar medidas de forma individual. Con la Comunidad Valenciana no compartíamos situación epidemiológica porque casi siempre ha estado muy bien, mejor que nosotros, pero ahora están peor y eso les hizo tomar medidas más drásticas de forma unilateral.
Los pueblos han mostrado su malestar porque no se legislara para municipios pequeños. ¿Por qué no se han atendido reivindicaciones como permitir abrir el único bar?
Es extremadamente difícil tomar según qué decisiones porque hay sectores que están especialmente comprometidos con esas decisiones y más en el medio rural donde a veces no es comparable la situación con la de una gran ciudad. Pero no se pueden hacer excepciones, la experiencia nos dice que cuando las haces en situaciones especiales aunque de forma puntual te parezcan bastante sensatas el resultado nunca es bueno porque la ciudadanía necesita certezas. Estas certezas, lejos de podérselas dar de aquí a futuro, sí las puedes dar en forma de homogeneización sea la localidad que sea o el volumen de habitantes que sean. La hostelería ha sufrido mucho y hay que darle ayudas de otro tipo pero nunca anteponer la situación económica a la salud.
¿Han recibido muchas presiones?
Sí. También las entiendo aunque me duelan porque pienso que no se trata de buscar culpables y las decisiones no las tomo unilateralmente ni de forma arbitraria ni caprichosa, todo lo contrario. Insisto en que muchas veces son dolorosas, muy complicadas y difíciles de entender especialmente para según qué sectores.
¿Cómo prevé que sea 2021?
Soy optimista por naturaleza pero he aprendido a ser un poco contenida dentro de ese optimismo porque esto nos da sorpresas todos los días. La llegada de la vacuna es un horizonte esperanzador. Es la solución a esta pandemia y lo que tenemos que hacer ahora es vacunarnos, solución que no por haber llegado antes de tiempo es menos buena, es una vacuna excelente y en las mismas condiciones de seguridad que cualquier otra. Lo único que se han limitado son los trámites administrativos. Creo que si nos vacunamos a tiempo y llevamos un volumen similar al que hemos llevado con la gripe, espero que sea un verano casi normal.
¿Cómo está siendo la toma de decisiones con Madrid?
En desescalada se tomaban de forma consensuada con el ministerio que nos evaluaba cada 15 días para decidir si podíamos desescalar y era más fácil. Cuando pasamos a la nueva normalidad, que recuerdo que en Aragón fueron dos días, nos encontramos en una situación en la que cada comunidad tenía potestad para legislar. Siempre teníamos colaboración del ministerio pero al principio nos encontramos algo solos en este camino porque la segunda ola apareció en Aragón antes que en ninguna otra comunidad y tuvimos que tomar medidas drásticas en comarcas como el Bajo Aragón Caspe por ejemplo. Resolvimos aquella situación con un ejercicio de transparencia que creo que nos lastró mediáticamente pero está superado y seguimos apostando por la transparencia, que como dice el presidente, «es salud». Pero aquello fue muy duro, el ministerio nos apoyaba pero tampoco ejercía ninguna otra acción más proactiva. En no pocas ocasiones ha surgido algún conflicto. Ha habido territorios que han ido por libre y nos han lastrado a los demás y aunque el ministerio ha intentado siempre apoyar a las comunidades en situación más comprometida, hubiese sido todo mucho más sencillo si hubiéramos tenido un mando único. Vista la experiencia está siendo bastante complicado tener que gestionar de 17 maneras diferentes.
¿La política está siendo lo esperado?
Bueno, tengo que distinguir mucho entre la política del Gobierno de Aragón donde me siento absolutamente apoyada en todas las decisiones, y la del Gobierno Central. Allí a veces hemos notado una falta de apoyo, de coherencia en la dinámica de toma de decisiones conjuntas. Entiendo que como nosotros no sabíamos cómo gestionar una pandemia, el Gobierno central tampoco.
¿En qué situación hubiera necesitado más apoyo del Gobierno central?
Navidades por ejemplo. Nos hemos dividido en cuestiones muy banales que no conducían a nada como el término allegados y eso es una muestra de que pequeñas cosas te pueden crear mucha distorsión. Si todos hubiésemos tenido un calendario e indicadores precisos como en desescalada nos hubiera facilitado mucho a todos la gestión y la comunicación y creo que también el entendimiento de la ciudadanía de por qué estábamos haciendo este tipo de gestión.
Ha venido a Alcañiz a explicar el proyecto del nuevo Hospital. ¿Qué va a suponer para el Bajo Aragón histórico?
Es una reivindicación histórica, es absolutamente necesario y es una apuesta firme del Gobierno de Aragón. Ya sabemos que ha tenido varios tropiezos una infraestructura fundamental para una comarca tan implicada con los sanitarios y que ha tenido un comportamiento tan ejemplar durante la pandemia y hemos venido a agradecerlo. Esto hace que la identidad de los bajoaragoneses esté muy ligada al hospital y los servicios sanitarios lo cual, a mí como consejera de Sanidad y sanitario, es algo que me conmueve y también como caspolina. La apuesta es absoluta con el nuevo hospital, la inversión es muy ambiciosa con 87 millones de euros y la voluntad de gestionarlo de forma que llegue a buen puerto en licitar también está ahí.
¿Cómo valora esa gestión de la pandemia desde el Hospital de Alcañiz que ha llevado a cabo decisiones imaginativas para salvar las deficiencias?
Pese a sus reducidas dimensiones y su poca capacidad de expansión, el Hospital ha sido capaz de abordar la pandemia con soluciones imaginativas habilitando espacios fuera del centro como el hotel primero y la residencia después. Todo ello con el compromiso del Ayuntamiento, la sociedad civil y el compromiso de todos sus empleados, que me consta que han trabajado mucho y que incluso han sacrificado sus habitaciones por tener más habitaciones. Este compromiso que tiene la sociedad de Alcañiz con la sanidad y su comportamiento ejemplar durante las épocas más duras del covid hacen más necesaria mi presencia aquí.
Ahora, ¿qué falta para que quieran venir médicos aquí?
Recientemente nos reunimos con Castilla y León y Castilla-La Mancha con las que compartimos el problema de la despoblación y llegamos a la conclusión de que la Sanidad es cohesión social y vertebración del territorio. Tiene que haber una Sanidad homogénea y equitativa y para que esto sea así los profesionales tienen que estar fidelizados. Formar profesionales en Aragón, que tengan un plan de mejora que estamos abordando. Desde mejoras retributivas a mejoras de otro tipo como conciliaciones y la facilitación de la formación de más profesionales MIR de especialidades conflictivas aquí. En la última convocatoria hemos aumentado el número de plazas que se van a ofertar en casi un 50%. Formaremos profesionales que esperemos se queden y vertebren nuestro territorio.
¿Qué le recomendó su amigo Fernando Simón antes de acceder al cargo de consejera?
(Sonríe) Conozco mucho a Fernando Simón… Desde que somos niños y hemos mantenido la relación durante la carrera y posteriormente. Aunque él vive en Madrid todos los años hacíamos una cena todos los compañeros y nos habíamos visto no hacía mucho tiempo. Me dijo: «Sira, sí. Lo tienes que hacer, hay que ser valiente, hay que coger las riendas y tienes una gente extraordinaria en la Consejería que va a trabajar mucho». Doy fe de que es así, de que es una gente extraordinaria que trabaja con una calidad humana tremenda y de una forma impecable igual que Fernando Simón. Me animó mucho y una vez me llamó incluso en presencia del ministro. «Que se va a poner un momento el ministro para ver si te anima», me dijo. Entre los ánimos que me dio, la responsabilidad social que parece que tenía que afrontar en ese momento y lo que me habían enseñado en casa de que era en los momentos duros en los que tienes que dar todo de ti, pues acepté siendo consciente de que es una situación muy difícil y aquí estoy luchando.
¿Cómo influyó su padre o su hermano en casa? ¿O qué entiende ahora que antes no en política?
Siempre he vivido en casa la política como un compromiso con la sociedad. Creo que me he educado en el compromiso con la sociedad y en la tolerancia y creo que política es tener ganas de hacer cosas por los ciudadanos, tu región o tu país. Hay que entender que cada uno tiene que tener opiniones diferentes; saber que si estás en política es porque los ciudadanos lo han decidido porque quieren que hagas cosas buenas por ellos y esa es tu obligación. Y hay que entender que la oposición también tiene derecho a saber lo que estás haciendo y debes rendirles cuentas. Lo he vivido en mi padre y mi hermano como una forma de vida que hasta este momento yo no había abordado ni se me había planteado nunca.
¿Qué compromiso adquirió al acceder al cargo que ahora, en el día a día, ve que es más complicado?
Lo comparaba con un portaviones y un obús que podía ser el covid. Soy sincera y al llegar me sentí desbordada de la cantidad de trabajo y de lo que conllevaba esa consejería. El covid era lo que yo podía controlar un poco porque yo venía del mundo asistencial pero políticamente nunca había tenido un cargo por lo que el resto de la consejería más allá del covid me resultaba un reto. Lo que más me ha ayudado es la gente, las personas que trabajan en la consejería. Insisto en su calidad humana, su capacidad de gestión, su eficiencia absoluta y su calidez cómo me han tratado y aceptado. Ahora creo que empiezo a controlar la situación y voy a seguir aquí, no pienso rendirme al menos hasta que no venzamos a este virus y ahí seguiré con la ayuda de todos los que trabajan allí y que trabajan igual o más que yo… y trabajamos mucho (se emociona).
¿Qué le ha sorprendido más y que no se ve desde fuera en la política?
Lo compleja que es la gestión, lo difícil que resulta contentar a todos. Nadie tiene la verdad absoluta y nadie tiene siempre la razón, siempre hay partes que se pueden aprovechar de unas opiniones y de otras. Si una parte positiva tiene este covid es que nos ha unido como aragoneses y como nación en una situación de igualdad y que ha descubierto lo bueno y lo malo de cada sistema y de cada persona y en nuestra consejería tenemos cosas muy buenas que seguir potenciando y cosas que vamos a trabajar por mejorar.
Comenzábamos abordando la Navidad. ¿En qué le va a cambiar el covid estas fechas a la consejera?
Me va a cambiar con mi familia de Caspe porque no podremos vernos. Primero, porque hay personas mayores a las que debemos proteger y depués, porque somos un número que excede mucho a lo permitido, así que, serán mucho más sencillas con mi familia más directa. Probablemente esté con mi madre y mi hermana que viven solas y pasaremos los cuatro días y también la vida entera que queda por delante para disfrutar. Creo que merece la pena que nos contengamos un poquito ahora. No quiere decir que nos queramos menos, al contrario, si nos queremos debemos protegernos.