Los sindicatos denuncian que se mantienen contratos para tareas silvícolas pero que no pueden apagar fuegos
El monte del Bajo Aragón Histórico es un polvorín después de un estío muy seco y un «veroño» en el que tampoco se prevén precipitaciones. Sin embargo, las zonas forestales bajoaragonesas están desprotegidas en caso de incendio al igual que ocurre en el resto de Aragón. Los sindicatos denuncian que se prolongó el riesgo de incendio dos semanas, hasta el día 1 de noviembre, pero sin embargo no se dota al monte de los medios suficientes ni ahora ni los próximos meses, cuando las condiciones climatológicas no variarán mucho. Así lo aseguran los cuatro sindicatos con mayoría en Sarga, que se volverán a manifestar en Zaragoza el día 12 para reclamar que estén activas hasta final de año todas las cuadrillas y no que se vayan retirando para realizar labores silvícolas. Trabajan en el monte pero no pueden apagar un fuego.
Actualmente, el territorio no cuenta con puestos fijos de vigilancia ni autobombas y tan solo trabajan tres cuadrillas forestales, las de Monroyo, Valderrobres y el Bajo Maestrazgo (Cantavieja), que suman 27 personas personas (las dos primeras, 10 cada una pero al 70% de jornada); y la helitransportada de Alcorisa, el único helicóptero de Aragón con contrato durante todo el año. Sin embargo, la de Valderrobres termina en poco más de una semana (el 2 de noviembre cogen vacaciones antes del fin de contrato), y las de Monroyo y Cantavieja harán lo propio en noviembre (terminan su contrato el 14 y 20 de diciembre respectivamente). El resto de cuadrillas bajoaragonesas terminaron de trabajar mucho antes: Maella-Fabara, Caspe, Valdealgorfa, Bajo Martín y Alto Maestrazgo.
A la falta de medios se suma que las cuadrillas no trabajan en su zona. En la comarca del Matarraña ha causado un gran malestar que la de Monroyo realice labores en Calanda porque entienden que en caso de un suceso no llegaría a tiempo al encontrarse desplazada. Sin embargo, el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, defendió el viernes en las Cortes ante una pregunta del PAR que la cuadrilla trabaja en espacios recogidos dentro de las «órdenes de transferencia», entre las que se incluye un monte calandino.
Solo 20 litros/m2 en dos meses
La sequía que ha afectado y que sigue padeciendo el territorio ha hecho extremar este año todas las precauciones. Además del intenso calor de los meses de julio y agosto, la acuciante falta de lluvias que los cultivos y las masas forestales llevan arrastrando desde el pasado mes de mayo han hecho del territorio un polvorín. Son numerosos los observatorios que han registrado precipitaciones inferiores a los 20 litros por metro cuadrado en los dos últimos meses, lo que supone menos del 30% de la lluvia que hubiese tenido que caer. Y lo peor es que no se ven perspectivas de que vaya a llover a corto plazo. De cumplirse los pronósticos que hacen pensar en un final de octubre sin lluvias podríamos estar ante uno de los meses de octubre más secos de los últimos 20 años. Casualmente, hace hoy 17 años se registró el mayor temporal de lluvia de los últimos 60 años. Cabe recordar que en varias zonas del Bajo Aragón Histórico como el Maestrazgo y los Puertos de Beceite, octubre suele ser el mes más lluvioso del año con registros medios superiores a los 70 litros por metro cuadrado, muy lejos de los entre 5 y 20 litros que llevamos este año.
Un ejemplo de lo que podría pasar se produjo la semana pasada en el Matarraña. Los rayos de una tormenta provocaron dos sendos fuegos en Fuentespalda y junto al río Algás, entre los límites de Cretas y Arnes. Los conatos se tuvieron que apagar con las mochilas antiincendios, que solo cuentan con 20 litros de agua porque ya no tienen ninguna autobomba. «Con un poco de viento y que el fuego se hubiese descontrolado… habría sido tremendo», opina Javier Ciprés, presidente del comité sindical de Sarga en la provincia de Teruel.