La Asociación de Amigos del Río y Espacios Naturales de Alcañiz visibilizó la vegetación y fauna del territorio
Domingo por la mañana. A orillas de La Estanca, expectación máxima de un buen número de niños y mayores que aguardan en semicírculo a ver qué sale de la bolsa. En el centro, Santiago Osácar, dibujante y experto en aves, toma una de las bolsas de tela e introduce la mano. Mantiene la atención y como si del mejor de los magos se tratase, la extrae y con ella, el pájaro que esperaba a ser liberado.
Antes de devolverlo a la libertad, Santiago lo explica y coloca la anilla para identificarlo. De la vuelta a la libertad se encargan los pequeños que se ofrecen voluntarios a sostenerlos por un momento entre sus dedos y soltarlos a su hábitat. Hubo variedad pero las cámaras fotográficas echaron humo en cuanto apareció una oropéndola, un bonito animal de plumaje amarillo y negro que despertó un asombro generalizado al salir de la bolsa.
La naturaleza nunca deja de sorprender y por eso, jornadas como las dedicadas al Día Mundial del Medio Ambiente son necesarias. De ellas se ocupó, como desde hace seis años, la Asociación de Amigos del Río y los Espacios Naturales de Alcañiz en colaboración con Seo/BirdLife.
La climatología solo obligó a suspender la observación de astros en la noche del sábado. Por la tarde sí que hubo observación de fauna y vegetación y taller de huellas de mamíferos y el domingo, taller de construcción de cajas nido simultaneado con el anillamiento.