Octubre debería ser el mes por excelencia para los buscadores, la llegada del otoño suele ser normalmente el momento idóneo para aquellos apasionados de los robellones y los montes deberían estar llenos de recolectores. Sin embargo, la campaña no termina de arrancar en ninguno de los puntos conocidos por tener un alto valor micológico. Las lluvias del final del verano y las altas temperaturas posteriores han conseguido que los pocos ejemplares que pudieron brotar estén ahora parasitados.
En el caso concreto del Matarraña las setas que todavía puedan recolectarse se encuentran en las zonas más altas. «Si quieres encontrar tienes que buscar las zonas de sombre y altitudes entre 900 y 1.000 metros porque son las más frescas y húmedas«, explica Iñaki Urquizu, presidente de la asociación de Amics dels Bolts de Beceite.
Entre las variedades que ya se pueden encontrar aunque sea en pequeñas cantidades, los aficionados micológicos de Beceite destacan «los rebollones, los bolets de bestia o la pata de perdiz». Por el momento, la mayoría están a la espera de ver si después del día del Pilar comienzan a bajar las temperaturas para que así encontrar más ejemplares. «Si empieza a refrescar y llueve podremos salvar la temporada«, asegura Urquizu.
Cifras mínimas en el Maestrazgo
En el caso del Maestrazgo, los datos son aun perores. Allí la temporada del robellón apenas ha dado ejemplares. A estas alturas de la temporada el pasado año ya se habían vendido más de 22.000 pases para su coto micológico, ahora, apenas alcanzan los 1.000. «La sequía ha hecho mucho daño y la verdad es que no es un año muy bueno», confirma el presidente comarcal, Fernando Safont, quien además aclara que la falta de setas afecta de lleno a la economía de toda la zona. «Somos una comarca muy rica en patrimonio pero el turismo micológico es una parte muy importante por que la hostelería y el comercio se ven muy afectados porque además, hablamos de poblaciones que son todas muy pequeñas», explica Safont.
Aunque la oferta es muy baja, el coto micológico sigue abierto para todo aquel que quiera acercarse. En este caso los pecios ascienden a cinco euros por día entre semana y ocho durante los fines de semana. Desde la Comarca del Maestrazgo recuerdan que todos los pueblos cuentan con un punto donde adquirir estos pases y que el importe se destina a la conservación del espacio. «Con ese remanente trabajamos durante todo el año, reparamos las pistas y mantenemos los puntos limpios. Además, nos sirve también para el mantenimiento del entablillado que hay por todo el coto», añade Safont.
Buenas prácticas en el terreno
Haya o no setas, los especialistas mantienen la necesidad de no llevar a cabo practicas nocivas para el terreno ya que estas son las que podrían provocar una disminución de la cantidad de ejemplares en las siguiente temporadas. Entre los consejos más básicos, Urquizu recuerda acudir siempre con una cesta para que puedan esparcirse las esporas y una navaja para poder cortar las setas en la base. Además, recuerda que está completamente prohibido recoger los ejemplares con un rastrillo. «Ya se ve muy poca gente que vaya con el rastrillo pero todavía se ven muchos que, por desconocimiento o por prisas arrancan la seta y las meten directamente en una bolsa de plástico», concluye Urquizu.