Una de cal y otra de arena. El temporal de nieve, viento y lluvia deja tras de sí en el Matarraña los mayores daños materiales y desperfectos de los últimos años. Sin embargo para la cuenca hidrológica del Matarraña, el temporal ha supuesto alejar definitivamente el fantasma de la sequía y de la falta de agua que se ha vivido durante el último lustro pese a los daños que ha provocado en las inmediaciones del río. Durante la madrugada del martes 21 al miércoles 22 de enero preocupó que el río pudiese desbordarse y comenzó a cundir la alarma, especialmente en las poblaciones de Valderrobres y Beceite. El río Matarraña en Beceite superó los 70 metros cúbicos por segundo y según la estación de aforos de Nonaspe se alcanzaron los 396 metros cúbicos. Por su parte en el río Algars se alcanzaron los 370 metros cúbicos. Finalmente el río acabó con multitud de caminos agrícolas y forestales en unas pérdidas materiales que todavía se están cuantificando.

Sin embargo la borrasca Gloria ha constituido todo un balón de oxígeno para los acuíferos de la zona; ha limpiado los cauces de los ríos y ha hecho crecer las reservas hídricas. El embalse de Pena se encuentra en estos momentos al 93,3% de su capacidad y embalsa 16,6 hectómetros cúbicos. Antes del temporal apenas llegaba al 51%. El río Pena lleva varios días consecutivos aportando caudales superiores a los 3 metros cúbicos por segundo por lo que es previsible que el embalse siga creciendo. Todo ello después de que la estación de aforos del río Pena, aguas arriba del embalse, arrojase una punta de caudal de 129 metros cúbicos por segundo. Por su parte el trasvase Matarraña-Pena fue cerrado durante la jornada del domingo, al parecer, para evitar que el embalse siga aumentando su caudal. Sin embargo se volvió a abrir durante la jornada del lunes. Es previsible sin embargo que Confederación Hidrográfica del Ebro opte por volver a cerrar el túnel-trasvase e incluso a liberar un mayor caudal por la compuerta del embalse de Pena para tener así cierto «colchón» en caso de una nueva avenida.

Durante todos estos días y gracias al deshielo, el río Matarraña por el tramo medio y alto lleva más de 2 semanas con caudales por encima de los 5 metros cúbicos por segundo. Situación similar en el río Algars cuya estación de aforos de Lledó y Horta de Sant Joan lleva desde el temporal y tras el pico de más de 300 metros cúbicos, con caudales sostenidos de entre 3 y 5 metros cúbicos por segundo cuando antes del temporal aparecía seco en muchos de sus tramos. Pese a que no existen datos del río Tastavins, lo cierto es que todo el cauce presenta un caudal muy elevado y durante estos días parajes naturales como El Salt lucen su mejor cara.

De este modo los regantes, pese a reconocer el desastre ganadero que ha supuesto este temporal, reconocen que para las reservas de agua ha sido muy positivo. «Para el estado del río esto ha sido un regalo. Venimos de 4 años muy malos y el pasado fue uno de los peores que recordamos por el intensísimo calor que hizo que llegó a quemar la fruta», explicó Jose María Puyol, presidente del sindicato central de regantes. Puyol reconoció que, pese a daños puntuales en la zona baja, los mayores daños se han producido en la zona media y alta y no dudó en ofrecer «toda la colaboración» posible a la hora de trabajar para que los ganaderos y afectados por la borrasca Gloria en la comarca del Matarraña puedan recuperar lo antes posible la normalidad.

En cuanto a las dos únicas balsas laterales existentes en la actualidad se encuentran cerca de completar toda su capacidad. La balsa de La Trapa, de 1 hectómetro cúbico de capacidad, está al 85% y la balsa de Valcomuna, de 2 hectómetros, está a poco más del 80%. Está previsto que puedan alcanzar su capacidad máxima en unos días. Desde el sindicato explicaron que durante los días en los que la riada fue más intensa, se cerró el canal que suministra a ambas balsas para evitar que entrase agua muy turbia y con gran arrastre de gravas y lodos. «Hemos preferido que se llenen con el agua transparente que baja ahora que no con el agua turbia que nos hubiese podido ocasionar obstrucciones y problemas», añadió Puyol. De igual modo durante la semana del 20 al 27 se dio la orden de cerrar las acequias para evitar los mismos problemas.

Cabe recordar que durante todo el episodio de lluvia y nieve, pluviómetros oficiales como el de Aemet en Beceite arrojaron 240 litros por metro cuadrado de precipitación. En el caso de Valderrobres el registro de Aemet fue de 197 litros.
Balsas pendientes de construcción
El temporal ha evidenciado una vez más la necesidad de acometer las obras de regulación pendientes en la cuenca del Matarraña. Se trata de las balsas de Comellars en el río Tastavins y Pla de Serrats en el río Algars. Ambos afluentes del Matarraña presentan actualmente un elevado caudal después de haber arrastrado varios años en los que la sequía ha dejado sus cauces prácticamente secos en muchos tramos. Cabe recordar que poblaciones como Cretas, en el río Algars, tuvieron que restringir el consumo de agua potable durante los meses de julio y agosto por segundo año consecutivo debido a la falta de agua. De igual modo poblaciones como Lledó, Arens de Lledó y la vecina catalana de Horta de Sant Joan tuvieron que tomar medidas excepcionales para llenar sus depósitos.
Asimismo, quedan pendientes de construcción las balsas de la Vall de la Figuera y Val de Beltrán que asegurarían los riegos en todo el sector medio y bajo de la cuenca del Matarraña. Todo ello después de que el modelo de regulación del Matarraña esté siendo estudiado en universidades de todo el mundo y supusiese, entre otras cosas, evitar la construcción de un gran pantano, el de Torre del Compte-La Fresneda, que hubiese anegado todo el sector central del Matarraña. Asimismo, las balsas fueron el resultado del consenso entre agentes políticos y sociales de toda la cuenca del Matarraña. Sin embargo, tras la primera construcción de las balsas de La Trapa y Valcomuna, el Estado -organismo competente- lleva más de una década con los proyectos restantes guardados en un cajón.