Los sindicatos denuncian que las cuadrillas forestales verán reducidos sus contratos en una media de dos meses
Los trabajadores la Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (Sarga) solicitan el cese del consejo de administración de la empresa y de su director, puesto que recae en la figura del consejero de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona. Esta es una de las últimas acciones llevadas a cabo por el comité intercentros de Sarga tras conocer los planes de la empresa para la campaña de prevención y extinción de incendios de este 2019. Temporada que acaba de acaba de comenzar y en la que se recortarán los contratos en una media de dos meses.
Este fue uno de los puntos principales que se trataron en la reunión celebrada el pasado martes en el centro de Comisiones Obreras de Alcañiz entre los sindicatos y los trabajadores de Sarga de la zona. Los representantes sindicales citaron a los cerca de 100 empleados que operan en las cuadrillas forestales del territorio para informar sobre los últimos encuentros mantenidos con la empresa.
La primera toma de contacto entre la empresa y los sindicatos, celebrada en enero, dejó un mal sabor de boca en los segundos. Sarga anunció un déficit de 700.000 euros en la campaña del 2018 que repercutirá de forma directa en las 900 personas que trabajan en territorio aragonés. «Para este año nos aseguran un empleo de ocho meses como máximo, cuando DGA se comprometió a que fueran diez. Al final, los trabajadores acabamos pagando la mala gestión de la empresa», comentó Javier Ciprés, presidente del comité intercentros.
Sarga achaca el déficit a la subida de un 1,75% en los sueldos de sus empleados, aunque los sindicatos aclaran que «el aumento salarial no se aplica a todos los puestos». «Si ha aumentado tanto el presupuesto como dice Joaquín Olona, en más de siete millones en cinco años, no entendemos que ahora nos digan esto. La gestión ha sido mala y solo apuestan por precarizar el empleo», indicó Ciprés.
«Difícil negociar»
El gran problema con el que se han encontrado los sindicatos durante estos primeros meses de 2019 es la falta de voluntad de Sarga por negociar. Si el pasado año la empresa ya despidió a muchos de sus trabajadores «de un día para otro», para esta campaña la cosa no pinta mejor. Todavía no se ha contratado a todo el personal y los que ya han comenzado, no saben cuándo terminará la campaña.
«Solo sabemos que los que tengan más suerte llegarán a trabajar ocho meses como máximo. Me duele esta situación porque Javier Lambán habla de la importancia de los pueblos y del desarrollo rural y luego pasa esto. Con seis u ocho meses de trabajo es complicado sacar una familia adelante. Así es complicado plantearse un futuro en los pueblos», lamentó Javier Ciprés. «Es triste, pero tenemos margen de maniobra cero para negociar con ellos. No tienen ninguna credibilidad», indicó uno de los representantes sindicales.
Ante este panorama, los trabajadores del territorio y los sindicatos aprobaron este martes estudiar diferentes actuaciones para protestar por su situación. «Si no es con presión social y movilizaciones, no sé cómo vamos a conseguir que den marcha atrás», comentó uno de los trabajadores. Por el momento los sindicatos ya han organizado una cacerolada en las oficinas de Sarga en Zaragoza para este viernes, acto que pretenden repetir durante todos los viernes del mes de marzo. De la misma manera, no descartan realizar otro tipo de movilizaciones como encierros en los centros de trabajo o celebrar una huelga.
A tope con los trabajadores, no se valora el trabajo de bomberos forestales, que pena que SARGA arruine el sector primario del que depende este oficio, agricultores y ganaderos. Es lamentable que tenga que arder el monte para que se ponga en valor. Desde que por el año 2002 la DGA, SEMI PRIVATIZÓ, este trabajo y otros como la «recogida de cadáveres» están prevaricando con sueldos de bomberos y gravando a los ganaderos.
No sé puede estar haciendo podas, claras y claros, todo el día y actuar con la rapidez, contundencia y eficacia en el incendio que pueda surgir después.
ÁNIMO a los trabajadores, yo sé que tienen RAZÓN, a por ellos.