María Pilar, Ángel y María José forman parte de Zaragoza Hurricanes y Zaragoza Hornets, equipos de la máxima categoría española
Quién le iba a decir hace unos años a María José, María Pilar y Ángel que ahora serían asiduos del fútbol americano, ese deporte del que en España solo se habla por la Superbowl y para rellenar telediarios con imágenes de lesiones o placajes. Los tres nacieron en Andorra y ahora forman parte de Zaragoza Hurricanes, club que compite en la máxima categoría de la Liga Nacional de Fútbol Americano tanto con su equipo masculino como con el femenino 7×7, llamado Zaragoza Hornets.
El más veterano es Ángel Daraván, Dara, que conoció el fútbol americano hace cuatro temporadas. «Tenía un par de amigos aficionados a la NFL y cuando descubrí que había un equipo en Zaragoza fui a probar y enseguida me enganchó», explica. Ha jugado como receptor, corredor y en la línea defensiva, pero esta temporada se ha visto obligado a ver los partidos desde la grada; forma parte del staff del club porque no ha podido afrontar los costes de la inscripción como jugador. Lejos de las cifras astronómicas que se manejan en otros deportes, nadie en este club cobra pese a jugar en el equivalente a Primera División. De hecho, los jugadores tienen que realizar una pequeña inversión para pagar los gastos de viajes, seguro o material.
La entrada a los partidos es gratuita y el club se autofinancia gracias a las cuotas de jugadores, alguna pequeña subvención y a la aportación de los (pocos) patrocinadores. «Es un club muy casero. Somos como una gran familia y todos remamos en la misma dirección. Por ejemplo, los chicos llegaron a las dos de la madrugada de un partido en Palma de Mallorca y a las doce del día siguiente estaban en el campo animando a las chicas», explica María José Pérez, otra de las andorranas que forma parte de las Hornets.
«Es un club muy casero. Somos como una gran familia y todos remamos en la misma dirección»
Embarazo que impide jugar
Al igual que le sucedió a su hermana María Pilar su pasión por este deporte nació hace apenas cuatro meses, cuando se decidieron a probar tras ver un anuncio en internet. «Fue amor a primera vista, desde el primer entreno. Nos quedamos por el buen rollo, por lo divertido que nos pareció y por la unión que hay en el equipo», cuenta María José, a la que apodan Rex por su trabajo en Dinópolis Ariño (uno de los referentes turísticos de la zona junto al birding). Su caso es muy particular porque tampoco podrá estar en el césped esta temporada. «Empecé como jugadora en septiembre pero ahora formo parte del staff porque estoy embarazada. Lo primero que pensé cuando lo supe fue ¡mierda, me pierdo la liga! He entrenado casi hasta los cuatro meses, así que llevo buena cantera dentro», bromea.
«Lo primero que pensé cuando supe que estaba embarazada fue ¡mierda, me pierdo la liga!»
María Pilar, Mariapi, jugó en el debut en liga de las Hornets el pasado domingo, que acabó con victoria 44 – 27. «Me vi muy segura pero podría haber estado mucho mejor. Tengo que ir con mucha más fuerza y con muchas más ganas», dice. Aprovecha para animar a que cualquiera pruebe el fútbol americano y quita hierro al aspecto físico. «De primeras impresiona mucho pero cuando estás dentro te das cuenta de que no es nada», destaca esta andorrana, que pone por encima de todo la buena sintonía que se respira en el club. «Te sientes como una más. Con otra gente piensas que no encajarías, pero aquí dejas todos los prejuicios. Somos una piña, no un equipo».