«De éxito» espera el sector turístico del territorio bajoaragonés que sea el verano de este 2023. Empresarios, hosteleros y demás trabajadores ya tienen todo preparado para acoger a cientos de visitantes durante estos próximos meses de la temporada estival, una campaña que desde siempre ha supuesto el empuje definitivo para el turismo rural. No obstante, a este sector no le ha faltado trabajo durante estas semanas atrás. De hecho, la llegada de turistas está en auge desde el mes de abril, cuando se registró un «récord de visitas» en toda la zona del Bajo Aragón Histórico y el resto de la provincia de Teruel en general. «Nunca habíamos tenido un mes de abril como el de este año. Confiamos en que los próximos meses también sean igual de buenos o mejor, sobre todo el de agosto», explica Roche Murciano, presidente de Teruel Empresarios Turísticos.
La celebración de una Semana Santa que cada vez atrae a más turistas es la principal causa que explica los buenos datos de este mes de abril, según los empresarios del territorio. Sin embargo, a ello este año también se unieron los dos puentes consecutivos que se dieron en la Comunidad Valenciana, uno de los principales puntos geográficos de donde procede el mayor número de turistas que nos visitan. «Muchos aprovecharon y se quedaron durante escapadas de tres días. Teníamos prácticamente el 100% de los alojamientos ocupados», añade Murciano.
La mayoría de ellos llegaba al territorio para alejarse de las grandes masificaciones y encontrar opciones de ocio para desconectar entre la naturaleza. Esta es una tendencia que se disparó a partir del verano después de la pandemia y que parece que volverá a repetirse durante estos próximos meses de julio, agosto e incluso septiembre, cuando llegan «los turistas con mayor nivel adquisitivo». «Si bien es cierto que en julio la gente solo piensa en ir a la playa, a partir de agosto a la mayoría le cambia el chip y solo quieren ir a la montaña. Y nuestra oferta se basa en la naturaleza», manifiesta Murciano.
Por el momento, si bien es cierto que este mes de junio ha empezado «un poco más flojo» por culpa de las lluvias, estos dos últimos fines de semana ya se ha notado un mayor goteo de visitantes. A día de hoy el Matarraña se sitúa como comarca líder a la hora de recibir a turistas. Muestra de ello son las casi 2.000 personas que pasaron por la Oficina de Turismo de Valderrobres durante mayo y estas semanas de junio. «Esperamos que las cifras aumenten especialmente a partir del 15 de julio. Pero por el momento no dejamos de recibir gente, tanto sábados y domingos como el resto de días entre semana», cuenta Beatriz Castro, técnico de turismo de la capital comarcal.
La mayoría de estos turistas -además del ya fiel turista valenciano- procedían de Barcelona, el País Vasco, Madrid o Zaragoza, aunque estas semanas también se ha recibido a personas que llegan desde Francia y otros lugares como Holanda. «Lo que todos tienen en común es que además de preguntarnos por el conjunto histórico de Valderrobres también muestran curiosidad por conocer otros pueblos del Matarraña. Y si es con visita guiada, mejor», puntualiza Castro.

Probablemente muchos de ellos este verano viajen también hasta el Maestrazgo, otra de las «zonas preferidas» al ser capaz de ofrecer esa «demandada tranquilidad». «A partir de mitad de julio nos adentramos hasta octubre con casi completo en todos los alojamientos. El mes de agosto está cargado de turistas de la zona por las fiestas patronales, aunque es en septiembre cuando esperamos notar gran afluencia demandada por aquellos que optan por el turismo de interior», afirma Pilar Beltrán, presidenta de la Asociación de Empresarios Turísticos del Maestrazgo.
Desde mediados de la primavera esta zona ya ha podido notar beneficios gracias a The Silent Route, un aliciente turístico que ha logrado «desestacionalizar el turismo». «Es algo necesario porque esta es una zona donde la restauración también necesita un empujón extra al ser menos los que vivimos aquí», añade Beltrán.
Precisamente esa desnacionalización es lo que buscan también desde comarcas como la del Bajo Aragón-Caspe. Su capital comarcal termina un mes de junio en el que su Oficina de Turismo llegó a atender a más de 2.000 visitantes y realizar visitas guiadas por el casco histórico y el Castillo para más de 300 personas tan solo en el fin de semana del la Conmemoración del Compromiso. Esta zona espera atraer a más turistas especialmente durante el verano, cuando el turismo fluvial es el «principal atractivo que se está intentando potenciar actualmente». «También se está trabajando mucho en difundir las opciones senderistas de nuestros pueblos, así como la gran riqueza patrimonial que tenemos. Creemos que la afluencia de visitantes será más importante que la del año pasado», defiende Roberto Casbistany, consejero en funciones de Turismo en dicha comarca.
El sector también prevé buenas cifras en Andorra-Sierra de Arcos, Bajo Martín o el Bajo Aragón, donde la Oficina de Turismo de Alcañiz lleva todo el mes de junio realizando sesiones doble de visitas guiadas para numerosos grupos. Mayoritariamente, a ellas acuden familias que llegan buscando «opciones que unan diversión y aprendizaje del patrimonio», o bien parejas o grupos de jubilados interesados por «conocer el pasado del territorio».
Lo único que este año temen los empresarios turísticos es el posible parón que pueda suponer la celebración de las elecciones generales el próximo 23 de julio. Aunque, a su vez, saben que no repercutirá en el resto de los meses.
El sector del territorio lleva difundiendo sus variadas opciones meses y está dispuesto a seguir haciéndolo por un «turismo que vale la pena». «A veces la gente solo se guía por las opciones de turismo más comerciales. Pero el turismo rural como el que tenemos es aquí es algo que todo el mundo debería probar. La calidad está asegurada, y estamos tranquilos porque el turista, siempre que nos visita, la acaba encontrando», recalca Jesús Marco, presidente de la Asociación Aragonesa de Turismo Rural FARATUR.