UGT pide a Endesa que recoloque a los empleados de las subcontratas o les indemnice
El futuro de la cuenca de Andorra-Sierra de Arcos sigue copando la actualidad aragonesa. La situación a la que se enfrenta el territorio con el cierre inminente de la Central Térmica en poco más de año y medio se vive con angustia sobre todo entre los trabajadores, que ayer demandaron compromisos a Endesa, propietaria de la Central, para que no permita que el carpetazo al carbón termine con cientos de personas en la calle y acrecentando, todavía más, la sangría demográfica que vive la provincia.
Sin embargo, la movilización social y la acción política se siguen haciendo esperar y tan solo se escuchan reproches entre partidos que no pasan del «y tu más». Parece que la próxima semana se comenzará a alzar la voz del sector más allá de reuniones internas. Las federaciones estatales de los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, se reunirán en Madrid para coordinar acciones conjuntas contra la decisión de Endesa de cerrar la Térmica en 2020 y no invertir para su mantenimiento más allá de esta fecha. «No nos va a temblar el pulso a la hora de salir a la calle por el futuro de la comarca», dijo este jueves el secretario general de UGT Teruel, el andorrano Alejo Galve, en rueda de prensa. En cuanto a la acción política en la comunidad, desde UGT aseguraron que «no es momento de críticas» si no que todos los partidos deberían ir de la mano para hacer fuerza en Madrid al tiempo que calificaron de vergonzoso que no se haya llegado a un acuerdo de consenso en las Cortes.
Este jueves los secretarios de UGT Aragón, Daniel Alastuey; comarca de Andorra, Felipe Ginés; y el citado Galve se reunieron con los delegados de las subcontratas con representantes sindicales (Maessa, Sabico, Garnica y Nervión) y con un responsable en el Ayuntamiento de Andorra, donde peligran su alrededor de 200 empleados cuando se dejen de recibir los dos millones de euros que reciben anualmente de la eléctrica.
El sindicato mostró su preocupación sobre qué pasará con el alrededor de 400 trabajadores de las subcontratas que en junio de 2020 se irán a la calle sin nada más que lo que les corresponda de inmenización por años trabajadores ya que no entrarán en el plan de recolocación anunciado por Endesa para sus 158 empleados. La gran mayoría son personas de la comarca de Andorra y localidades cercanas como Calanda o Alcañiz, muchos de ellos de mediana edad que ven difícil su futuro. Una de ellas es Nati Pérez, de 50 años y que lleva 32 limpiando en la Térmica con Garnica. «Soy la más joven de mis compañeras, vemos muy negro el futuro», comentaba ayer. En la misma línea se mostraba el representante de Nervión, Inocencio Lorenz: «nos quedamos con una mano delante y otra detrás, sin nada después de toda una vida trabajando».
Por ello, desde UGT piden que la eléctrica les tenga en cuenta tanto para los trabajos de desmontaje de la Central, unas labores que, sin embargo solo requerirán a 130 personas y en momentos puntuales de hasta 200; y para los proyectos de renovables. Los números no cuadran por lo que, en caso de que los empleados de las subcontratas no puedan ser recolocados, desde UGT se reclama que Endesa les indemnice económicamente.
En este sentido, su secretario en Aragón recordó los grandes beneficios que la eléctrica presentó el miércoles a sus socios en su junta anual en Madrid. Prevé en los próximos cuatro años que su resultado bruto de explotación pase de 3.500 millones de euros en 2018 a 4.000 millones en 2021 y, además, con la nueva política de dividendos se distribuirían 1.400 millones entre los accionistas, de los que 980 millones los percibiría Enel, que tiene un 70 % del capital de Endesa. «Para Enel, que es una empresa pública italiana, se van a ir 4.200 millones de euros cuando en España hemos desmantelado el sector público», criticó Alastuey.
Desmantelar costará de 4 a 6 años
La Central Térmica de Andorra seguirá operando y produciendo hasta el 30 de junio de 2020. La solicitud de cierre todavía no ha sido presentada y no hay una fecha fija para hacerlo. Eso sí, será antes del 31 de diciembre. Así lo aseguraron desde la eléctrica este miércoles por la mañana, cuando tuvo lugar la presentación del plan estratégico en una reunión de accionistas e inversores celebrada en Madrid. Los trabajos de desmantelamiento se prolongarán entre 4 y 6 años, tal y como ya concretó Endesa esta semana. Estos trabajos generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200 y requerirán también un desembolso millonario a la eléctrica. Concretamente, para desmantelar Andorra y Compostilla se necesitarán unos 170 millones. En cuanto al plan alternativo al que la Ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, liga la autorización de cierre, Endesa asegura que está ultimando un Plan de Futuro que será presentado próximamente, de manera voluntaria y en paralelo a la formalización de la solicitud de cierre. Los ejes principales que contemplará este plan son varios. Desde la eléctrica aseguran que se respetará la totalidad de los puestos de trabajo de todos los empleados de la empresa y se priorizará también a los de las subcontratas para el desmantelamiento.
Endesa también señaló que «se realizarán inversiones muy elevadas en nuevas instalaciones de energías renovables que generarán un elevado número de empleos durante la fase de construcción y exigirán un significativo número de ellos durante su operación». En ese sentido, cabe subrayar que lo que pretende la empresa es «transformar su actividad en las zonas adyacentes a las actuales centrales de tal forma que siga generando riqueza para el territorio».
Además, según apuntó la eléctrica, «se promoverá la búsqueda de actividades alternativas para el uso futuro del propio emplazamiento, en colaboración con los agentes institucionales, económicos y sociales de la zona».
El consejero delegado de Enel, Francesco Starace, ya había adelantado el martes durante la presentación del mismo plan en Italia, que «no había razón» para que las térmicas españolas sigan funcionando sin subvenciones.
Por otro lado, Red Eléctrica de España anunció ayer que amplía la subestación de Mezquita de Jarque, lo que permitirá la integración en el sistema eléctrico de 370 nuevos megavatios de energías renovables. La subestación de Mezquita es el núcleo central del mallado eléctrico ejecutado por la compañía en Teruel en los últimos años.