Los alumnos han conocido todo acerca del mundo de la equitación en un Campus impartido en Alcañiz
La estación veraniega es sinónimo de descanso, relajación y, sobre todo, tiempo libre para los más pequeños. Existen infinidad de opciones para mantenerlos ocupados, desde el tradicional campamento pirenaico hasta los múltiples campus de fútbol y baloncesto, principalmente. Sin embargo, poco a poco va ganando importancia una nueva alternativa en Alcañiz: el Campus de Equitación, celebrado en el Centro Ecuestre La Torre, en el que los niños pueden disfrutar de los caballos y conocer todo sobre el mundo de la equitación. Del 10 al 15 de julio, se impartió el curso de iniciación al salto para niños con experiencia. Desde ayer, nuevos alumnos se enfrentan a su primer contacto con los caballos.
La dinámica es la misma. Divididos en turnos, mientras unos montan otros preparan manualidades. También reciben visitas del veterinario, del herrador -que les hace una demostración y explica el sistema de herraje-, realizan un paseo en carro y tienen a su disposición una piscina para refrescarse en el cálido verano bajoaragonés. Marta Vallespí, coordinadora del Campus, explicó que la intención es que los alumnos aprendan todo lo que implica tener un caballo bajo su responsabilidad. «Tener un animal no solo es la parte bonita de montar, sino que hay que limpiarles las cuadras, ducharlos, realizar el mantenimiento de las monturas y cabezadas… Queremos que también aprendan eso, que los caballos conllevan un cuidado», manifestó durante el primer campus de julio.
La primera labor de los pequeños era cada día sacar los caballos y ponis de las cuadras. A los que les tocaba montar no se les borraba la sonrisa de la cara, mientras que los que se iban a hacer manualidades, sabían que después llegaría su turno y lo esperaban con ganas. Una vez en el circuito, el reto era que los animales pasaran de andar a trotar. Y todos lo consiguieron.
Marta Vallespí explicó lo importante que es entender al caballo. «Tienes que formar un binomio con él, en el que tú debes ser el líder, y eso es algo que intentamos explicar a los alumnos», afirmó.
Como no puede ser de otra manera, en un campus infantil como éste se fomentan los valores de cooperación y trabajo en equipo, y todos los niños colaboran en todas las tareas. Asimismo, se busca que los niños ganen en seguridad y confianza en sí mismos, algo que según Marta consiguen cuanto más montan y mejor se sienten encima del caballo.
La equitación, un deporte
La coordinadora del campus incide en que la equitación es un deporte, pese a que mucha gente no lo considera como tal. «La gente cree que ir a caballo es subirse y ya está, pero montando utilizas todo tu cuerpo y si no sabes cómo moverte cuando estás en el caballo, al día siguiente tienes agujetas», explicó. Su intención cuando inició este campus era que se conociera la cultura ecuestre en la zona bajoaragonesa, y parece que poco a poco lo va consiguiendo, ya que ha pasado de los 6 niños del año pasado a los 12 en esta segunda edición.