Una veintena de personas, una cifra menor que otros años, mantiene el santuario de Alcañiz
Pocos pero bien avenidos. Este año no son más una veintena los quintos que, como manda la tradición, suben semanalmente a la ermita de Pueyos de Alcañiz para hacerse cargo de su mantenimiento el año de su jubilación. En 2018 se han dado diversas circunstancias que han hecho que la quinta del 74 sea más pequeña que en años anteriores. 46 personas recibieron la medalla el día de Pueyos aunque son 26 los que pagan la cuota y una media de entre 18 a 22 personas las que suben dos días a la semana a trabajar en la ermita. «No es que fuera una quinta reducida porque en la documentación de la parroquia se contabiliza 137 bautizos de los que algunos fallecieron, otros no viven aquí… a ello se le une que hay algunos que se adelantaron y recibieron la medalla con la quinta del 73 y otros que esperan a la del 75», explica el prior, Pepe Escudero.
Los quintos se reúnen los martes y viernes en Pueyos. Llegan a las ocho de la mañana y trabajan hasta las diez. Este año la Parroquia no tiene dinero para realizar una obra grande por lo que solo se dedican al mantenimiento: limpieza, jardinería,… y por supuesto, cocina. «Somos pocos por lo que no nos podemos poner a hacer grandes cosas pero sí tenemos la ermita impoluta. Estamos orgullosos de nuestro trabajo y de las amistades que estamos forjando», cuenta Pepe.