Además de por el empleo, se clamó contra la despoblación y el recorte de servicios.
Los manifestantes de la marcha del 1 de Mayo comenzaron a llegar unos minutos antes de las doce del mediodía a la plaza del Regallo. Lo hicieron por grupos y clamando algunas consignas que enseguida se mezclaron con la voz de Silvio Rodríguez. Proyectada desde los bafles portátiles cantaba ‘La maza’, uno de los himnos de la lucha obrera.
Andorra, que sigue pendiente del futuro del carbón, congregó ayer a unas 300 personas en la calle que reivindicaron un «empleo estable, salarios justos, pensiones dignas y más protección social». Partieron de la plaza, recorrieron la avenida San Jorge y acabaron en la misma plaza. Avanzaron tras las pancartas de CCOO y UGT a las que se unieron plataformas como la del Bajo Aragón Feminista y banderas como la de Anticapitalistas.org y la republicana, entre otras. Algún manifestante exhibió su reivindicación particular para la alcaldesa. Llegaron personas de varias poblaciones de la comarca y de las aledañas, sobre todo, de Cuencas Mineras.
Al lema general de ‘No hay excusas para no salir a la calle’ se añadió el de ‘No dejes que nadie luche por ti’, una consigna más local. «Son tiempos en los que hemos perdido mucho y es verdad que estamos un poco adormilados, también los sindicatos, y por eso tenemos que reorganizarnos y salir a la calle porque aquí nadie regala nada, ya lo estamos viendo», dijo el Secretario General de la Unión Comarcal de CCOO, Antonio Jiménez. «La manifestación es importante porque muestra la unión y la fuerza que podemos tener los obreros a la hora de reivindicar», añadió.
«Pedir perdón por vivir en el pueblo»
Los sindicatos recordaron que la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos continúa sumida en la incógnita laboral. «La Térmica es uno de los brazos fuertes de esta población, seguimos con la incertidumbre de si seguirá más allá de 2020 pero mientras, tenemos tiempo suficiente para ver si atraemos más inversión y nuestros jóvenes no se tienen que ir», dijo el Secretario General de la Unión Comarcal de UGT, Felipe Ginés.
En cada proclama iba latente la preocupación por la despoblación.
«La bajada del presupuesto para Correos, por ejemplo, ¿quién la paga, los pueblos? ¿No pagamos impuestos igual que los vecinos de las capitales? Sí, pero no tenemos los mismos servicios», aseguró Ginés. «A veces se les olvida de que en los pueblos vive gente. Parece que tengamos que pedir perdón por querer vivir en ellos», dijeron.
Tanto Ginés como Jiménez avisaron de que la de ayer era la primera protesta de muchas. «La lucha debe ser diaria, ya estuvimos reclamando el ferrocarril en Teruel y seguiremos porque si no, bocado a bocado, al final te comen», añadieron.
Como máximos responsables fueron los que leyeron el manifiesto. Recordaron a los jóvenes exiliados, que España tiene la segunda tasa de desempleo más alta de la Unión Europea, que las mujeres continúan en desigualdad salarial, que las pensiones son «miserables» y que hay más trabajo pero más precariedad, explotación.
Homenajes
Antes del inicio de la marcha se depositó un ramo de flores en el monumento al minero y el labrador, y una hora antes en el cementerio, a los maquis y los sindicalistas «fallecidos defendiendo los derechos de los trabajadores». Este acto, un clásico del 1 de Mayo, se celebró este año como inicio de los actos en lugar de como colofón como era habitual.
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