La empresa Terra Ibérica ha comprado más de 100 ejemplares para experimentar con una carne que quieren exportar a los países árabes
Como diría una de las canciones infantiles más conocidas, la vaca cachena «no es una vaca cualquiera» y aunque no da leche merengada, sí que es «una vaca muy salada». Pero además, tiene otras cualidades que han conseguido que Terra Ibérica Desarrollos, empresa perteneciente al grupo Térvalis, haya decidido apostar por esta raza bovina para realizar un ambicioso proyecto. Su objetivo es comenzar a comercializar una carne gourmet en fresco de estos animales en unos cuatro años y entre sus productos, una cecina premium dirigida hacia el mercado árabe.
Lo que más llama la atención de este tipo de vaca es su cornamenta, larga y puntiaguda, y también su tamaño, mucho más pequeño de la habitual. Esta raza, denominada cachena (pequeño en gallego), es autóctona de Galicia y en España tan solo existen alrededor de 3.000 ejemplares. Es común ver estos animales en los montes gallegos, leoneses y asturianos, pero desde enero se pueden observar más de 125 ejemplares en los montes del Maestrazgo, entre Aliaga y Pitarque. A más de 1.500 metros de altura, las vacas cachenas campan a sus anchas en un espacio de 200 hectáreas en el que disfrutan de los limitados pastos que ahora mismo ofrece el inverno. Aún así, esta vaca puede con todo. «Apostamos por este animal por su rudeza y por su ruralidad. La denominamos de esta manera porque se adapta a todo tipo de terreno y porque tiene la capacidad de sobrevivir en los lugares más inóspitos», dice Héctor Arana, veterinario de Terra Ibérica.
Y es que este curioso animal se ha convertido en la gran apuesta de futuro de la empresa. «Es como un proyecto experimental», comenta Arana. Por el momento un total de 182 vacas están repartidas entre los Montes del Maestrazgo y La Puebla de Valverde, donde conviven 50 terneros con un macho y una hembra que servirán como primer experimento.
La idea que desde un tiempo maduraban desde Terra Ibérica se llevará a cabo dentro de «unos cuatro o cinco años», cuando los animales tengan el tamaño y el peso adecuado. «El objetivo es hacer un producto gourmet con estos animales. Queremos producir carne en fresco de calidad, pero también tenemos la idea de comercializar una cecina de lujo para los países árabes». Según explica Arana, han optado por este mercado por su gran potencial económico, por su gusto por este producto y también, por sus características. Y es que su religión no les permite comer carne de cerdo y ahí, la cecina cobra una importancia relevante. «Aunque el proceso de hacer la cecina no es el mismo que el del jamón, el sistema será muy parecido. Utilizaremos nuestros secaderos de jamones para dejar las piezas a punto», explica Arana.
Con todo, asegura que el proceso llevará unos años porque las vacas cachenas necesitan más tiempo para producir carne de calidad. «Sabemos que es excepcional, pero como todo producto de calidad que se precie, necesita tiempo»