La ermita de la Virgen del Cantal de Oliete ha sido víctima de un acto vandálico: una de sus cristaleras ha aparecido rota. Por la altura a la que se encuentra la vidriera -a 5 metros- y dado que apenas había cristales en el suelo, presuntamente se dañó desde el interior. La noticia ha consternado a todo el pueblo, ya que, entre todos, pagaron las vidrieras con los fondos recaudados en el primer Festival Benéfico de Jota.
Hace dos años Rogelio Villanueva no era el alcalde de Oliete, uno de esos pueblos bandera de la conocida como ‘España vaciada’ y que lucha contra su despoblación. Como gran parte de los vecinos de esta pequeña localidad de la Comarca Andorra- Sierra de Arcos, participó en la organización del primer Festival Benéfico de Jota. «En nuestro pueblo, como en muchos otros, no hay mucho presupuesto y al final hay que inventarse cosas», explica Villanueva.
En aquel primer Festival benéfico se cobró una entrada simbólica de 3 euros para escuchar cantar jota a la rondalla ‘La Rivera del Martín’, que durante casi dos horas amenizó a los más de doscientos asistentes aquella tarde de agosto. «No solo aportó la rondalla, ya que todos pusimos nuestro granito de arena. Las peñas hicieron merienda y cada uno hizo lo que pudo», recuerda el actual alcalde de Oliete.
Aquel día, gracias a ese primer festival de jota consiguieron recaudar más de mil euros, que destinaron casi en su totalidad a la restauración de las vidrieras de la ermita de la Virgen del Cantal, patrona de la localidad. «Se encontraban en muy mal estado y decidimos entre todos que lo primero que haríamos sería arreglarlas», explica. Aquella primera recaudación sirvió para estrenar una vidriera de la que el pueblo se sintió orgulloso. «Era la primera vez que todos nos veíamos reflejamos en esa vidriera; cada uno aporto lo que pudo y era el resultado del esfuerzo de todos, además de aportar para mejorar nuestro pueblo«, añade.
Sin embargo, hace unos días los vecinos se despertaron con una desagradable noticia. «Subió a la ermita una mujer del pueblo que se encarga de limpiarla y lo descubrió«, cuenta Rogelio Villanueva, que cree que este acto vandálico lo protagonizó alguien que entró a la ermita y que actuó con intencionalidad. «Hay tres llaves y se suelen dejar si alguien la pide para ver la ermita por dentro. Hay un control pero claro, desde que das la llave hasta que la devuelven… La vidriera esta a cinco metros del suelo y apenas había cristales en el suelo. Tuvo que ser alguien que lo hizo con cierta intención y luego quizá se llevó los cristales arrepentido o pensando que eliminaría pruebas«, comenta.
Recién estrenado cargo de primer edil en las pasadas elecciones municipales de mayo, Rogelio Villanueva asegura que no hay dinero actualmente en las arcas municipales para poder restaurar de nuevo la vidriera de la ermita.
Otros vecinos como uno de los integrantes de la rondalla olietana, David Lecina, ha mostrado su frustración y enfado de esta manera en las redes sociales: «Pertenezco a un grupo de personas que disfrutamos haciendo algo que nos gusta, la jota, y organizamos un evento benéfico anual del cual la recaudación destinada para algo en el pueblo. Decidimos reparar las vidrieras de nuestra Virgen del Cantal. Algún desalmado se ha divertido rompiéndolas desde dentro de la ermita y retirando los restos. Los que queremos al pueblo y a sus gentes nunca haríamos algo así. Me gustaría olietanos que si podéis compartáis por si le llegase mi mensaje».
La sensación en este pequeño pueblo turolense de apenas 364 habitantes censados es que se trata de un acto intencionado. Sin embargo será la Guardia Civil quien determine la motivación de un acto vandálico que ha dolido especialmente a Oliete, por ser precisamente esa vidriera que restauraron con su esfuerzo y que, hasta hace poco, daba color y luz a la ermita de la patrona de todos sus vecinos, la Virgen del Cantal.