Castellote se ha transportado al Medievo gracias a la exitosa quinta edición de la recreación histórica Villa Templaria. Con el evento, la localidad ha recordado un año más la rendición templaria del castillo del año 1308. La programación ha incluido como acto central la subida al castillo teatralizada con las antorchas encendidas y otras actividades complementarias a lo largo de todo el fin de semana.
Entre las citas a las que se han acercado cientos de curiosos de toda la zona, se encuentra el mercado medieval, danzas y bailes de la época, cuentacuentos o juegos infantiles. Todo ello ha estado organizado por la Comisión Templaria, el Ayuntamiento de Castellote y numerosos vecinos de la localidad, junto a la colaboración de la Comarca del Maestrazgo. «Cada año la gente colabora más en la organización y en la fiesta, ha sido un éxito en la participación y desarrollo de los actos, por lo que estamos muy contentos», explicó Raquel Benedí, alcaldesa de Castellote.
A lo largo del sábado, las calles castellotanas han acogido puestos de artesanía y restauración, demostraciones de oficios tradicionales y una zona infantil con talleres. La música medieval también ha sido protagonista gracias a los Músicos de Taraska, con pasacalles y bailes.
Sin embargo, el momento más especial ha sido la recreación histórica mediante una representación de tres actos. Los dos primeros se desarrollaron en la plaza de la Virgen del Agua y el ‘espectro del Hambre: Capitulación del Castillo de Castellote’ en el que, un año más, se subió al castillo en una multitudinaria procesión iluminada por las antorchas. En estas representaciones, los vecinos se vuelcan trabajado durante todo el año, intentando seguir el máximo rigor histórico. Para finalizar la noche el pueblo contó con un espectáculo de fuego y noche de taberna ambientada por DJ David-San. Así como cuentacuentos, juegos infantiles y vermú templario el domingo.
Recreación del asedio
La recreación medieval devuelve al año 1308, cuando los Templarios sucumbieron ante el ataque de las tropas del Rey de Aragón. Jaime II ordenó a los caballeros la extinción de la Orden y la entrega de sus posesiones. Tras el asedio, los templarios entregaron la fortaleza y sus llaves en señal de rendición.
Castellote fue una importante encomienda templaria desde 1196 hasta 1308, momento de la disolución de la orden. A partir de entonces, el pueblo pasó a manos de la Orden de los caballeros hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en las cuales permaneció hasta el año 1769.
Los datos que hoy en día se poseen sobre este momento histórico han permitido a los vecinos recordarlo a través de esta fiesta templaria en torno al simbólico castillo que domina la población y permite unas espectaculares y estratégicas vistas. También cuentan con un torreón templario que hoy en día es un centro de interpretación de la Orden del Temple.