El epicentro del motor en dos ruedas durante este fin se semana es, sin duda, el Bajo Aragón. Por ello, conviene que los visitantes no se pierdan opciones muy interesantes para viajar por este territorio y por los aledaños, y así disfrutar de todo lo que ofrecen.
Más de 600 kilómetros de carretera, divididos en cuatro rutas principales, harán de este un viaje inolvidable, que complementará a la perfección la experiencia de acudir al Gran Premio Aragón de Moto GP.
La Comarca del Bajo Aragón invita a recorrer su tierra disfrutando de sus paisajes, patrimonio y gastronomía. Los cuatro recorridos están entrelazados entre sí, de forma que todos sus pueblos están incluidos. Además, están apadrinados por el piloto de Moto2 Alex Rins, y se han trazado por carreteras secundarias para hacerlos más atractivos y divertidos.
La ruta de «Los oasis» tiene como eje a los tres embalses más importantes de esta Comarca (Gallipuén en Berge, el embalse de Calanda y La Estanca en Alcañiz), la ruta no ha sido trazada por el camino más corto sino que se ha buscado el trazado con más contraste paisajístico.
La ruta de «Las Bóvedas del Frío» es un bello recorrido por estas sorprendentes construcciones, únicas por sus dimensiones, que permite recorrer la comarca en su totalidad.
La tercera es la ruta «Tierra y Arte», que transcurre únicamente por carreteras secundarias, por las principales localidades bajoaragonesas (Alcañiz, Castelserás, Torrevelilla, Calanda, Aguaviva, Torrecilla, y Valdealgorfa, entre otras), y que puede conectarse con los anteriores. Ofrece la posibilidad de pasar por los edificios más emblemáticos y comprender mejor la cultura e historia del lugar.
La última incorporación es la «Ruta 232», un recorrido circular de 232 kilómetros que hace un guiño al nombre de la carretera nacional N-232 que llega hasta Alcañiz y cuya conversión en autovía ha sido históricamente reivindicada. El visitante percibirá los contrastes del Bajo Aragón a través de varias carreteras autonómicas de importancia, llenas de curvas, que también conectan con muchos municipios de relevancia.
Cuatro atractivos recorridos por la Comarca del Bajo Aragón, que cuenta con una veintena de municipios, para realizar en cualquier época del año, y que podrán conectar al conductor con el resto de territorios bajoaragoneses.
Bajo Aragón-caspe
La vecina comarca del Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp también es una alternativa interesante para los turistas que pasen por el territorio estos días. Seis son las localidades que la forman, cada una con sus particularidades, cultura y patrimonio. La vía que conecta Alcañiz con la capital de esta Comarca es la N-211. Desde Caspe se puede visitar rápidamente Chiprana, con unas vistas privilegiadas. Se trata del municipio más cercano a la Ribera Baja del Ebro y por la que pasa el cauce del río.
Para conocer el resto de pueblos de esta Comarca lo mejor es viajar por la A-221 a Maella, pueblo natal de Pablo Gargallo, y desde allí conocer Fabara, Nonaspe y Fayón. Todos ellos están a pocos kilómetros de distancia, conectados por la A-1411. El final del camino sería la localidad de Fayón, que cuenta con una ermita en la parte más alta de su entorno (Ermita de Nuestra Señora del Pilar), desde la que se puede ver todo el embalse de Ribarroja. Por estas aguas, donde se encuentra hundido el antiguo pueblo fayonense, pasean los conocidos como «llaüts» o embarcaciones tradicionales, de las que se ofertan rutas acuáticas durante todo el fin de semana.
Si se continúa por la N-211 desde Alcañiz, pasando por Caspe, y cruzando la Comarca que lleva su nombre, se llega a Mequinenza y al Bajo Cinca, donde se unen las provincias de Huesca y Lérida, y confluyen los ríos Ebro, Segre y Cinca.
Ruta del silencio
Por otro lado, también es recomendable recorrer la «Silent route» (Ruta del Silencio) entre las comarcas del Maestrazgo y Andorra-Sierra de Arcos, todo un placer de naturaleza en estado puro que se prolonga en 60 kilómetros.
Masías abandonadas, caminos angostos que abren senderos en la piedra, riachuelos, montañas, barranqueras, pueblos que se encaraman a las laderas o que se asoman al precipicio, palacios, torreones, ermitas, telares, molinos… Un paisaje de equilibrio entre naturaleza e historia en un entorno apenas transformado, lleno de misterio y silencio.
Algunos de los lugares de parada obligatoria en esta zona son las parameras y masías de Ejulve, la Sierra de Majalinos, la Caleja del Huergo, los estrechos de Valloré, del río Guadalope y el río Cañada, el nacimiento del Pitarque, y los Órganos de Montoro.