La infraestructura más original de todo el recorrido de la A-231 cumple este año 100 años desde el inicio de su construcción
Si las vigas, piezas y remaches de acero del Puente de Hierro hablasen, podrían relatar la revolución de los transportes que se vivió en la España y Europa de principios del siglo XX con la irrupción de los vehículos a motor. Las obras de los taludes de piedra que sustentarían a la primera viga metálica de este puente – único de este tipo para el tráfico rodado en todo el Bajo Aragón Histórico- se iniciaron hace ahora 100 años, época en la que lo habitual eran los transportes en caballerías y ver circulando un automóvil de gasolina era todo un acontecimiento. Un siglo después el Puente de Hierro soporta un incesante tráfico de camiones de pequeño y gran tonelaje y centenares de vehículos todos los días. El acontecimiento hoy sería ver circular una caballería. Sin embargo el puente sigue siendo el mismo.
Su construcción fue en aquella época una necesidad ante la saturación del Puente de Piedra, que había sido hasta entonces y durante más de 500 años el único puente sobre el río Matarraña en Valderrobres. La estrechez del Portal de San Roque y de la calle Santiago Hernández Ruiz y el giro de 90 grados de la Plaza de España hicieron indispensable la construcción de un nuevo puente en un tiempo en el que las construcciones de hormigón comenzarían a popularizarse muy pocos años después. Por ello se apostó por el acero como material, siguiendo el modelo de otros puentes como el del Pilar de Zaragoza concluido tan solo dos décadas antes.
Riadas históricas
Además del pesado tráfico, otro de los avatares a los que esta infraestructura se ha enfrentado en los últimos años son las riadas extraordinarias que se han producido en el río Matarraña y que han afectado negativamente a la estructura del mismo. Destacan la riada de octubre de 1957 que llegó hasta la parte inferior de la estructura metálica. Más recientemente la riada de octubre de 2000 alcanzó de igual modo la zona inferior de dicha estructura y dañó los taludes sobre los que se sustenta el gran puente. Por ello poco después tuvo que ser sometido a unas labores de consolidación de urgencia.