El Balonmano Alcañiz lleva 8 millones de euros a la capital bajoaragonesa
Un cuarto premio de la Loteria Nacional, el 07211, ha repartido 12 millones de euros entre Alcañiz y Andorra. Cada décimo está premiado con 20.000 euros. La encargada de repartir la suerte ha sido la administración Hortensia Valero de la Villa Minera, que vendió 600 décimos. El grueso, unos 8 millones de euros, ha recaído en la capital bajoaragonesa de la mano del Club Balonmano Alcañiz, que ha repartido unas 50 series, por lo que la fortuna ha estado muy repartida.
Cada participación gana 4.200 euros, mil euros por cada euro invertido. Cada participación costaba 5 euros, pero llevan un recargo de 0,80 céntimos. En participaciones se han vendido unos 8.000 euros y en décimos, 3.000. En la capital bajoaragonesa el premio está diseminado por todo el municipio y se respira euforia en las calles. Se trata de una auténtica lluvia de millones navideña. Los miembros del Club de Balonmano están reunidos para celebrarlo en el bar Monkey Room. Cada jugador se ocupaba de vender 100 participaciones, ¡y son 18!, a lo que se une lo vendido por amigos, directivos y otros colaboradores. Así, familias enteras, grupos de amigos, padres, hijos son hoy afortunados. La suerte de la lotería está en cada esquina alcañizana. Es el caso del bar Nazcar o el Hogar del Santo Ángel.
Jugadores del Balonmano Alcañiz, celebrando la Lotería en el Pub Monkey Room
El resto del cuarto premio ha sido vendido en décimos sueltos en la ventanilla de la administración andorrana. «Han comprado este número muchos vecinos de Andorra, incluso algunos décimos los regalé yo ayer a clientes de confianza», ha explicado el propietario de la administración, José Antonio Legua.
Otro pellizco ha caído en la lotería del Hotel Restaurante Meseguer, donde han repartido el 77651, agraciado con una pedrea. En total han repartido 55.000 euros de 1140 participaciones entre sus clientes.
En Alcañiz la suerte de la Lotería de Navidad no repartía tanto dinero desde 2007, cuando tocó el Gordo, así que era muy esperada. Y en Andorra, en pleno corazón de la cuenca minera turolense, el premio llega como agua de mayo para cerrar un año muy difícil , con numerosos despidos e incertidumbres para el sector del carbón.
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