El 2022 ha sido el año en el que se ha recobrado la ansiada normalidad después de dos años conviviendo con la pandemia. Se han recuperado las celebraciones y los actos multitudinarios han sido más numerosos que nunca por las ganas que había de volver a juntarse. La Semana Santa llenó las calles bajoaragonesas mil días después de los últimos toques al igual que el resto de tradiciones, que se han ido recuperando a lo largo del año. 2022 comenzó con el covid en cifras récord pero se superó. En febrero se eliminaron las restricciones y en abril se dijo adiós a la mascarilla en interiores salvo en hospitales, centros de salud y en el transporte público.
Con el mes de mayo llegó el derrumbe de las tres torres de la Central Térmica de Andorra. Un derribo que, por más que fuera conocido y marcado en el calendario, no fue menos doloroso. Un difícil adiós a 41 años del sector minero-eléctrico en el territorio cuya reconversión llega tarde, pero que se mira con esperanza con los anuncios empresariales y el plan de Endesa que ha ganado el concurso del nudo Mudéjar. El año también ha estado marcado por la climatología. A finales de junio, Alcañiz sufrió un fuerte tornado que causó importantes destrozos, y a principios de julio dos pedregadas dañaron los frutales de melocotón de Calanda. Solo un día después, tuvo lugar una histórica granizada en Andorra y Mazaleón. Las altas temperaturas, las inclemencias y las consecuencias de la guerra han ocasionado importantes pérdidas para el sector agrícola. En localidades como Mazaleón, además del granizo, una riada en noviembre se llevó los almendros que se habían plantado tras arrancar los melocotoneros por el sharka.
En verano y hasta bien entrado octubre, volvió el jolgorio a las calles de los pueblos con las esperadas fiestas populares. A los chupinazos, presentaciones de Reinas, carrozas, romerías y ofrendas les acompañaron unas temperaturas cálidas de récord histórico. También el regreso a la normalidad hizo que en septiembre se viviese MotoGP por todo lo alto. Antes, en julio, el territorio celebró la apertura del nuevo trazado de la carretera N-232 a su paso por el puerto de Querol, en Morella. Eso sí, la alegría se convirtió en escepticismo por el futuro de la A-68 en octubre, cuando en los Presupuestos Generales del Estado se asignaron partidas ínfimas para tal infraestructura. En noviembre, cuatro años más tarde de lo prometido, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, presentó en Andorra el convenio de transición justa. Diciembre comenzó con la histórica visita del Rey Felipe VI a Alcañiz, y termina igual que empezó el año: con villancicos y alumbrados navideños.