‘De Teruel no es cualquiera’ cantaba Joaquín Carbonell en una de sus canciones más conocidas, todo un himno de una provincia de la que el de Alloza fue uno de sus grandes embajadores. Y es que él tampoco fue un turolense más. Hizo gala de Teruel y su Bajo Aragón en todo aquello en lo que se implicaba, que fue mucho. Cantautor, periodista, escritor,… y sobre todo, un hombre comprometido hasta su fallecimiento este sábado a causa del coronavirus.

Ha estado con el territorio reivindicando la provincia en sus numerosas causas y también recibiendo reconocimientos como el ser pregonero de la Ruta del Tambor y el Bombo en 2016 en La Puebla. En los últimos años puso música a la histórica manifiestación ‘Salvemos Teruel’ en mayo de 2018, precursora del gran clamor de la España Vaciada un año después en Madrid; acompañó en numerosas ocasiones al sector minero e implicándose de lleno como mejor sabía hacer, con canciones; y en 2019, cuando recibió la Medalla al Mérito Cultural concedida por el Gobierno de Aragón dedicó una canción a los que «resisten» en Teruel y a las familias de José Luis Iranzo, Víctor Romero y Víctor Caballero.

«Déjenme dedicarla esta canción a la gente de Teruel, sobre todo, a los que resisten dentro y están luchando para hacer un territorio digno de habitarse. Tienen mucha esperanza y yo la tengo con ellos. Yo tenia una gran admiración y cariño a un personaje que era muy aragonés también, José Iranzo el Pastor de Andorra. Cruelmente hace y medio fue asesinato su nieto José Luis junto a dos miembros muy jóvenes de la Guardia Civil. Me gustaría dedicarles esta canción a sus familiares, a toda la comarca del Bajo Aragón y la zona minera porque aún no hemos superado esta desgracia», dijo al recibir el reconocimiento.

A este espíritu reivindicativo hace referencia el periodista andorrano Carlos Sauras, quien le recuerda como un hombre luchador por Aragón y especialmente por Teruel y el territorio bajoaragonés. «Era un hombre afable, siempre cercano y muy amable. Fue generoso y puso sus valores musicales y poéticos al servicio de su tierra y para promover las causas que hacía falta remover en nuestro territorio», apunta Sauras, con quien coincidió en él como periodistas ambos.
Otro andorrano, el catedrático de Historia Económica Eloy Fernández Clemente fue profesor de Carbonell en el Instituto Nacional de Bachillerato Ibáñez Martín de Teruel (1967-1969) al igual que José Antonio Labordeta. No obstante, el «andorrino» y «curro» (era el nieto del tío Curro), como se llamaban cariñosamente ya se conocían de los veranos que Fernandez Clemente pasó de niño en Alloza, donde su abuela ejercía de maestra.
Solo se llevaban cinco años porque Carbonell con 15 años abandonó los estudios para dedicarse a la hostelería en la costa catalana y no los retomó hasta tiempo más tarde. «Era el mayor de los estudiantes, el líder aunque había gente lista como Federico Jiménez Losantos. Ya entonces era el alumno que miraba embelesado a Labordeta y pensaba si algún día podría tocar así. Comenzaba a tocar la guitarra, a escribir en el por entonces «Lucha»… ya era rompedor y muy juvenil», recuerda el catedrático. En los últimos años fue Carbonell el encargado de reunir a los alumnos del famoso colegio San Pablo de Teruel en dos reuniones con gran asistencia. En la primera, hará unos 15 años, estuvo Labordeta.
Fernández Clemente y Carbonell no perdieron el contacto desde entonces tanto por la cercanía de sus pueblos como por sus vidas profesionales, en las que coincideron en varios proyectos. «Era muy franco, aparentemente brusco en las formas pero en el fondo un hombre tierno y cariñoso. Tenía alma de poeta. Escribió novelas, libros y música muy pegadiza con letras sociales de canción protesta. Sardónico e irónico en sus comentarios, le gustaba mucho la broma de amigo», explica el «andorrino», quien recuerda que en las últimas semanas cuando conoció que estaba enfermo se puso a escuchar sus canciones.

De «gran defensor del medio rural» además de referente de la música y la cultura aragonesa lo califica otro amigo, el alcalde de Ariño, Joaquín Noé, uno de los que durante el confinamiento recibían sus audios por WhatsApp con mensajes y canciones de ánimo y optimismo. Juntos han estado en las numerosas luchas del sector del carbón, con el que el allocino se volcó. Fue uno de los músicos que actuó en el recibimiento a la marcha minera en la plaza de los Sitios de Zaragoza en 2012 y editó un disco con dos canciones dedicadas a la minería, «El carbón es todo negro» y «Canción para Dimitris». El álbum se vendió a tres euros en Ariño para obtener fondos para la «caja minera», una idea surgida para ayudar a aquellas familias que tuvieran problemas. También visitó en numerosas ocasiones Ariño cantando o presentando sus libros o discos. El verano pasado actuó con su grupo los Tres Norteamericanos.

Los Tres Americanos también habrían actuado este año en las fiestas de Alcañiz, localidad que visitó en febrero para presentar su último libro-CD. En 1976 protagonizó junto a otros referentes como Labordeta o el Pastor de Andorra un concierto histórico que llenó la Plaza de Toros de Alcañiz para reivindicar Aragón y su cultura en los inicios de la transición. «Quería ayudarnos a dinamizar la cultura en la ciudad. En febrero vino a presentar su último libro-CD y en estas fiestas iba a actuar con los Tres Americanos. Hacía mucho tiempo que no tenía un concierto en Alcañiz. Como decía una de sus canciones más populares: de Teruel no es cualquiera. Él será siempre un grande de Teruel», afirmaba el alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, en su perfil de Facebook.
Carbonell ejerció de allocino y en su pueblo, donde le homenajearon y le dedicaron una plaza, le recordaban también hoy. «Hemos perdido a un cantautor que marcó una época para la música aragonesa. Siempre nos tenía en mente y venía a hacer visitas a familiares», recordaba su alcalde, Miguel Ángel Aranda.
El Grupo de Bandeadores de Alloza ya ha anunciado que el lunes 14 a las 11.15 van a tocar las campanas de Alloza en el día del patron en homenaje a Carbonell.
Capilla ardiente en el Museo Pablo Serrano
El Gobierno de Aragón instalará mañana la capilla ardiente del cantautor en el vestíbulo del Museo Pablo Serrano de Zaragoza por expreso deseo de la familia del artista aragonés. Se ofrece así la posibilidad a la sociedad aragonesa de darle un último adiós. Para ello, y en cumplimiento estricto de las medidas sanitarias, se ha organizado un breve y reducido recibimiento del féretro en el museo, en el que participarán familiares y autoridades a las 10.30.
Posteriormente, a partir de las 11.00, el féretro quedará instalado en el vestíbulo del Pablo Serrano hasta las 18.00 horas. No habrá ningún acompañante y los aragoneses que quieran podrán darle una breve despedida accediendo por la puerta del paseo de María Agustín, esquina con calle de Doctor Fleming y saliendo por la del paseo de María Agustín. En todo momento, se mantendrán las distancias de seguridad.
Lamento que te hayas marchado dejándonos más solicos que ya estábamos, pero no reblaremos, ni nos someteremos.
Te recordaré y seguiré escuchando. A la MAÑO
Nos quedamos mucho mas solos sin Joaquín.. A ver si los científicos pueden encontrar la vacuna pronto.. se nos están yendo nuestros mayores..
Un abrazo a toda la familia.
El pueblo Minero no te olvida.
Viva Teruel