Los agricultores del Bajo Aragón-Caspe han calculado alrededor de un 50% de pérdida en la cosecha de la nectarina a raíz de la tormenta de granizo que cayó este martes en la zona de Masatrigos, Zaragoceta y La Sarga, del término municipal de Caspe. Es el caso, por ejemplo, del agricultor maellano Joaquín Bondía, quien calcula la mitad de su cosecha perdida en una primera visita realizada a su explotación en Masatrigos, a falta de que el perito del seguro confirme los daños. Las huertas de estas zonas también se vieron dañados.
Durante la tormenta una gran cantidad de frutos cayeron al suelo y otros tantos quedaron fuertemente dañados en el árbol. Además, se cayó gran parte de las hojas, lo que supone heridas en el leñoso que deberán sanarse antes de la próxima campaña para que no suponga más afecciones. En el caso de Bondía el granizo le precipitó en unas 3,2 hectáreas de nectarinas, donde tiene plantados alrededor de 1.400 árboles frutales. Él no cuenta con mallas protectoras antigranizo, pero no las contempla tampoco por la alta inversión que suponen. Algunos de sus vecinos de fincas sí que tenían instaladas esa protección y, de hecho, a la mañana siguiente de la tormenta, todavía se observaban algunas bolas del granizo colgando de ellas.
La nectarina es el fruto que los agricultores están empezando a recoger estos días, pues justo en estos momentos ya empezaba a estar madura. Por ello, esta tormenta ha llegado en el peor momento para la presente campaña de esta cosecha.
Esta tormenta, que se originó en el Bajo Aragón, se fue desplazando en dirección a Mequinenza, pasando también por el término municipal de Fabara. Allí, concretamente en la Val de la Figuera, causó entre un 15 y un 20% de almendras caídas al suelo. Además de todo ello, será preciso evaluar el daño que el pedrisco pudo ocasionado a los almendros y sus hojas. Esta fue la evaluación que observó Alberto Cervera, gerente de la Cooperativa San Isidro de Fabara.