El Bajo Aragón Histórico afronta con resignación el paso a alerta 3 que entrará en vigor el lunes y que supondrá nuevas restricciones, sobre todo en los ámbitos social, cultural y deportivo. En la hostelería, las nuevas medidas abocarían al cierre al 80% de los establecimientos según subraya la patronal. Unos porque no tienen terraza y otros porque no podrán aguantar el tirón.
La elevada incidencia del covid-19 en Aragón, que este jueves ha sumado más de 1.000 casos positivos superando todos los récord, provocó que ya el miércoles el presidente de Aragón, Javier Lambán, y la consejera de Sanidad, Sira Repollés, declarasen el confinamiento perimetral de las tres capitales provinciales y el retroceso a la alerta 3 de toda la comunidad autónoma a partir del lunes.
Los bares y restaurantes –que tendrán que cerrar a las 22.00– solo podrán servir en las terrazas y los aforos en comercios, tiendas, teatros, cines, bibliotecas, academias y autoescuelas, por poner algunos ejemplos, se reducirán hasta el 25%. Además, para viajar tanto a Teruel como a Zaragoza, será necesario un documento que justifique la entrada o salida a ambas ciudades puesto que sólo se permite la entrada y salida para asistencia a un centro sanitario, regreso al lugar de residencia, por motivos laborales o para el cuidado de personas dependientes. El subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Fernando Beltrán, ya subrayó en la Junta de Seguridad que se celebró el miércoles que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad realizarán labores de información, «pero también de sanción».

Para el sector hostelero, entrar en alerta 3 supondrá un gran varapalo, que podría avocar al cierre al 80% de los establecimientos hosteleros de la provincia. De cara al invierno y con el cambio de hora este domingo, ya se preveía un descenso en la actividad de las terrazas, por lo que la mayoría de bares y restaurantes ya han decidido que volverán a cerrar y llevarán a sus empleados a un nuevo ERTE. «Nuestra sensación es que la hostelería está pagando los platos rotos del covid cuando sólo un 3,5% de los brotes surgen en el sector. Los establecimientos lo que hacen es garantizar las medidas de seguridad, la distancia mínima entre comensales, la desinfección, el lavado de manos… medidas que en los botellones o las fiestas privadas en casas, que es donde más contagios hay, no se cumplen», manifiesta más que indignado Juan Ciércoles, presidente de Teruel Empresarios Turísticos.
Los hosteleros se reunieron el miércoles con Lambán, a quien reclamaron «apoyo y financiación» inmediata porque «sino, nos vamos a la ruina todos». Ciércoles subrayó que la Agencia Tributaria y la Tesorería de la Seguridad Social están exigiendo ahora a los empresarios el pago de los aplazamientos del primer trimestre. «Queremos pagar, pero no podemos porque no nos dejan trabajar», puntualiza Ciércoles.
En el caso de los hoteles y alojamientos, si que podrán seguir realizando su actividad. No obstante, el cierre de Zaragoza afecta muy negativamente a la ocupación. «Si los zaragozanos no pueden salir no pueden ni visitar nuestros pueblos ni a sus familiares», determina.
Los sectores del turismo, la hostelería y el ocio nocturno de todo Aragón habían convocado una concentración el domingo en Zaragoza a la que los empresarios que residen fuera no podrán acudir. Los turolenses han solicitado permiso a la Subdelegación del Gobierno para realizarla en Teruel. También en Caspe, los hosteleros tienen previsto salir a la calle este sábado.
Controles y movilidad
El confinamiento perimetral de las capitales -sobre todo de Zaragoza y Teruel- también afectará al territorio, debido al alto nivel de conectividad existente. Este jueves han llegado a Alcañiz varios autobuses desde Zaragoza y, aunque iban prácticamente vacíos, algunos viajeros puntualizaron que venían de asistir a consultas médicas y por trabajo. Este viernes podrían llegar estudiantes -siempre que estén empadronados en los pueblos del territorio- a pasar el fin de semana.
Pese a que las compañías de transporte de viajeros no exigen ningún «salvoconducto» para subir a los autobuses, los usuarios deberían llevar encima un documento que acredite el motivo por el que desean entrar en la ciudad. «En mi caso, Hife me ha hecho un justificante porque tengo que ir a Zaragoza a un cursillo del CAP y luego tengo que volver a mi puesto de trabajo», explica Octavio Albiac, chófer de Hife en el Bajo Aragón. «Sin los dos justificantes no puedo ni entrar ni salir de Zaragoza», aclara.
También en el sector empresarial se prevé que el confinamiento de Zaragoza repercuta en las comarcas bajoaragonesas. «Nos afecta en temas de suministro, de proveedores… porque nos surte en buena parte la capital; esperemos que esto se pase cuanto antes», opinó el presidente de la Asociación Profesional de Empresarios de Caspe (APEC), José Vicente Sancho.