La fase de conservación del aceite hasta su venta es fundamental
Alfredo Caldú. Presidente D.O. Aceite del Bajo Aragón
Según las primeras impresiones esperan una campaña excepcional
Desde que soy presidente, y ya llevo unos cuantos años, creo que no he vivido una campaña tan completa en todo el Bajo Aragón. Si no tenemos heladas o algún otro problema relacionado con la climatología vamos a tener mucho aceite para elegir, de muy alta calidad.
¿Han detectado cambios en el consumo del aceite Denominación de Origen, a raíz de la pandemia?
La gente ha seguido comprándolo, lo que nos falló fue la hostelería. Ese mercado lo perdimos durante esos meses.
¿Qué diferencia a un aceite con etiqueta de D.O. con uno que no la tiene?
Lo que representa ese sello son autocontroles por parte de las empresas y seguimiento de trazabilidad. Es un trabajo que suponen una inversión económica y de tiempo pero que genera una confianza a los consumidores de que ese producto está ligado al territorio. Por lo tanto la labor de la D.O. es ofrecer un producto de calidad y local.
¿Cuál es el siguiente reto para este sello?
Siempre intentamos mejorar. A veces es una labor desconocida, pero la calidad se busca en la propia aceituna, y el proceso de elaboración debe ser perfecto. Cualquier aceite que tenga algún defecto deja de ser Virgen Extra, y por tanto ya no entra en los estándares de la D.O. , y también hay que venderlo de otra manera.
¿Es un proceso cuidado al detalles en cada una de sus fases?
El aceite no es como otros productos, porque una vez que se ha hecho ya no va a ganar nada con el paso del tiempo, en todo caso perderá. Por lo que la inversión que hacemos en depósitos para su correcta conversación es muy importante. Es un proceso que tiene un coste, que luego lo tenemos que repercutir en el mercado para que compense.
Recientemente han entregado los premios al 'Mejor aceite del Bajo Aragón'
Los ganadores los anunciamos al final de la campaña anterior, pero todavía no se había celebrado la entrega de premios. Todo el mundo quiere conseguir reconocimientos porque es un estímulo. Estos galardones reconocen especialmente la labor del maestro almazarero que es quien elige el momento de la recolección y el punto de maduración óptimo de la oliva, siendo una figura clave en el proceso.