El humor en la cotidianidad es como un salvavidas que nos permite flotar de un día al siguiente. Por eso, cuando Aloma Rodríguez -escritora y madre de tres hijos- «se ríe» de las peripecias que protagoniza en su último libro, Puro Glamour (La Navaja Suiza, 2023) sus lectores nadan con ella. Su rutina, que también incluye un trabajo «alimenticio» y carece de suficientes horas de sueño, podría ser la de «cualquier ciudadano de una democracia consolidada que pasa por los mismos hitos: estar en pareja (o no), tener hijos (o no) y cuidar de sus progenitores». Rodríguez narra su vida, sí, pero también deja «huecos» para que quien la lea pueda llenarlos con sus propias vivencias. De ahí, la complicidad y las carcajadas compartidas a través de las páginas y, también, en el cara a cara, como se demostró en el encuentro ‘A puerta cerrada’ que mantuvieron autora y seguidores este jueves en la librería Santos Ochoa de Alcañiz.
Regresar a la capital bajoaragonesa fue para la escritora sinónimo de llegar a casa. En Zaragoza nació por primera vez, y en el Hospital de Alcañiz «por segunda», cuando de niña sufrió un accidente de kart que le causó una hemorragia interna. Esas mismas cuatro paredes fueron, también, testigo de la bienvenida al mundo de dos de sus hermanos. Por su parte, la librería -donde «compartió lectura» con quienes ya habían buceado en su obra- fue una habitación más del hogar, a la que ya había entrado cuando presentó su anterior libro, Siempre quiero ser lo que no soy (Milenio, 2021). «Me he sentido muy arropada. Ha sido emocionante. Estoy agradecida», confesó antes volver a cerrar la puerta del establecimiento que celebra este año su décimo aniversario. A la autora le acompañó su vínculo con el Bajo Aragón Histórico: su madre, oriunda de Ejulve.
Durante esa hora extendida de tertulia, Rodríguez confesó que su intención era que «el libro se hiciera solo». Sin embargo, «limar» y «unir» los diferentes artículos que fue publicando de manera quincenal en la revista Letras Libres -sobre sus «aventurillas del día a día» con sus hijos o relacionadas con su vuelta a Zaragoza después de nueve años en Madrid- le costó «más de lo que esperaba». Respecto a por qué decidió relatar su propia vida, la zaragozana explicó que «no quería que su pasión por escribir la alejara de su cotidianidad», así que el proyecto fue una buena excusa para que «convivieran sus dos facetas».
Pese a que la rutina transcrita quizás no suene «glamurosa» de leer, Rodríguez transforma lo ordinario en extraordinario gracias a su mirada «de asombro», que recuerda a la de los «niños»: «sin prejuicios», «inocente», «muy limpia». «Vivimos en un mundo un poco acelerado y yo lo que intento es buscar el lado cómico o exagerar las cosas para buscar la carcajada», dijo a sus lectores, seguido de la frase «cuando consigues llegar al cole a las nueve punto te sientes un héroe», que despertó las risas entre el público.
La sexta publicación de la autora continúa bebiendo de su biografía, sin embargo, el progreso esta vez no es lineal, sino circular: «He vuelto a escribir cómo en mi primer libro, por placer, con inconsciencia, sin preocuparme de si el futuro del texto iba a ser venderse en una librería». A su obra primogénita también la dio a luz a través de varios artículos publicados en un blog. «Me siento renacida», afirmó, además de «muy contenta» por «contagiar a los lectores la alegría y el disfrute» que ha vivido durante el proceso creativo.
En cuanto a si habrá Puro Glamour 2, Aloma Rodríguez tiene claro que «su siguiente trabajo seguirá la línea empezada», aunque ni ella misma sabe todavía «cómo se terminará materializando». Seguro es que, sea lo que sea, tanto sus seguidores bajoaragoneses como la librería Santos Ochoa, le estarán esperando para seguir riéndose con ella.