La polifacética artista fue la encargada de romper la hora el Viernes Santo en el que es el acto más mediático de la Ruta
La cantante y actriz Ana Belén fue la rompedora de Calanda de este año junto con el rompedor local, Manuel Esteban, cofrade del Santo Ángel; y el presidente de Aragón, Javier Lambán. La artista se metió en el papel luciendo la túnica morada. Cuando la plaza se quedó el silencio comenzó tocándose el corazón y terminó la rompida con unas lágrimas que denotaban su emoción por todo lo que había sentido.
¿Qué ha sentido en la rompida?
Una emoción muy grande, la he sentido y la sigo sintiendo porque lo que tenemos aquí en la plaza es muy grande. No es una emoción que ya conoces de tí misma, es muy ascentral, que te sale del interior.
Ha terminado soltando alguna lágrima.
Soy llorona.
¿Se imaginaba ese sentimiento?
Me imaginaba sentir muchas cosas. Los amigos que habían estado aquí ya me lo habían advertido, «ya verás, el silencio anterior, el momento del estruendo…». Pero no es lo mismo que te lo cuenten que vivirlo. Es una emoción que no se puede racionalizar.
Llegó a Calanda el Jueves Santo y pudo ver el Vía Crucis, ¿qué le pareció?
Estuve en la procesión y ya me impresionó mucho. Ese estruendo en la noche, con la fina lluvia, la impresionante subida al Calvario… fue espectacular.
Para persona del mundo de la cultura, ¿qué supone estar en la cuna del cineasta Luis Buñuel?
Estoy en su localidad y con un cuadro con su imagen enfrente (la entrevista se realizó en el despacho del alcalde en el Ayuntamiento). Tengo a San Luis Buñuel aquí. El Jueves Santo visité su museo, el CBC; y tiene mucho contenido, está muy bien organizado y es muy didáctico. Fuimos un grupo de personas del mundo del cine e inmediatamente pensamos que mucha gente debe visitar el CBC.
¿Qué supone para el cine que Calanda tenga un museo dedicado a Buñuel?
Mucho. Es un patrimonio tener entre sus vecinos más ilustres a Buñuel igual que a sus tambores, que son impresionantes.
Llegó a coincidir con Buñuel en su primera película, Zampo y yo en 1965.
Sí, vino al rodaje porque trabajé con Fernando Rey, que seguía siendo actor de muchas de sus películas. Yo tenía 13 ó 14 años y me lo presentaron.
En 1995 estuvo en la zona rodando «Libertarias», ¿qué recuerda?
Tengo unos recuerdos maravillosos. Tanto por esa película como por otra que había grabado anteriormente en la que ya había tenido la oportunidad de conocer Teruel muy a fondo. Me pareció una provincia desgraciadamente muy desconocida y hermosa. Valderrobres, el Matarraña, La Fresneda… todo lo que conocí era tan maravilloso… Cuando veo las reivindicaciones de Teruel Existe y la España deshabitada siempre pienso que no es justo su abandono.