El excesivo nivel de cal lleva años dañando los electrodomésticos y obliga a consumir agua embotellada
El Ayuntamiento de Andorra y la empresa Global Omnium presentaron ayer la solución al problema de la calidad del agua con el que contaba la Villa Minera desde hace años. A partir de ahora los andorranos disfrutarán de un agua con unos índices de cal adecuados gracias a un sistema innovador basado en la inyección dióxido de carbono (CO2) en la red hidráulica que consigue disminuir los niveles de pH. Se ha decidido implantar este proyecto después de analizar el servicio durante varias semanas, constatando que la medida es eficaz.
De esta manera se pone fin a un problema que venían reivindicando los andorranos desde hace años, una problemática que había llevado de cabeza a los vecinos y que incluso ha provocado que estos tuvieran que utilizar agua embotellada en su vida diaria. Además, la dureza del agua, debido a que el suministro se sondea de pozos subterráneos que facilitan agua con mucha cal, ha dañado los electrodomésticos de muchos vecinos. «Apostamos por una tecnología innovadora que servirá para disminuir los altos niveles de cal. De esta manera, ponemos las medidas oportunas para mejorar la calidad del agua», explicó Sofía Ciércoles, alcaldesa de Andorra.
El sistema que aplicará la empresa Global Omnium en la potabilizadora de la localidad consistirá en aplicar dióxido de carbono en determinados puntos del sistema de tratamiento. La instalación consta de un depósito de dióxido de carbono líquido que está ubicado en la planta potabilizadora de Andorra. «El CO2 pasará a un estado gaseoso y se mezclará con el agua antes de llegar a la potabilizadora. De manera que cuando salga de la planta, la reacción conseguirá que se reduzca el pH del agua», indicó Ciércoles.
Se puede pensar que el hecho de introducir CO2 en el agua podría ser perjudicial para la salud, pero desde la empresa aseguran que no existe ningún riesgo para las personas, sino que «su empleo tiene numerosas ventajas en las aplicaciones que tiene sobre el agua potable». De manera que aseguraron que la neutralización realizada no tiene efectos secundarios, no puede engendrar riegos de corrosión de aceros, cementos y tampoco provocará olores. Es decir, que la medida llevada a cabo acabará con un problema que durante años ha preocupado a los vecinos de la Villa Minera.
La aplicación de esta tecnología innovadora en la potabilizadora de la localidad ha tenido un presupuesto de 60.000 euros, que financia en su totalidad el Instituto Aragonés de Aguas, y el objetivo es que preste servicio durante «mucho tiempo». «Estamos seguros de que acabaremos con el problema y de que mejoraremos la calidad de nuestro agua. Durante las últimas semanas hemos visto cómo funcionaba y el resultado ha sido positivo», dijo Ciércoles. Con todo, la gestión del servicio seguirá en manos de Aragonesa de Servicios Públicos, cuyo contrato expira en 2021, entidad que siempre ha sido muy criticada por los andorranos debido a sus continuas infracciones y modo de actuación.