Una multitudinaria y peculiar Procesión de las Antorchas guió a vecinos y miembros de la Cofradía del Cristo de los Tambores y Bombos hasta la ermita de su patrón el jueves santo tras Romper la Hora. Un camino desde la iglesia parroquial hasta la ermita de San Macario encabezado por el fuego en el que los tambores y bombos no cesaron. Antes, la plaza del Regallo y sus calles adyacentes desbordaron pasión durante un multitudinario acto en el que no cabía ni un alfiler. Los cofrades tocaron con ímpetu a los pies del monumento al Labrador y Minero hasta que el reloj marcó las dos de la noche, cuando comenzó la procesión.
Jóvenes y mayores de las 13 cofradías de la villa andorrana, presididos por la Cofradía del Cristo de los Tambores y Bombos, recorrieron un emotivo camino ante la mirada de visitantes. La cofradía vivió aún con más intensidad el momento, ya que celebran 45 años de su fundación. El silencio no llegó hasta que sus representantes portaron al Cristo desde la ermita hasta el centro del parque. Ahí, custodiados por antorchas y tambores, el párroco recitó una oración, y al grito de «¡Bombos y tambores, hoy con todo el corazón, Andorra toca para ti»!, dio paso de nuevo al característico sonido.
Aitor Pes, presidente de la Cofradía del Cristo de los Tambores y Bombos; Cristian Callejas, vicepresidente de la misma; el pregonero de la Semana, Santa Ángel Galve; y María Pilar Grau, presidenta de la Junta Local de la Semana Santa, entre otros representantes, acompañaron a las más de dos mil personas que participaron en la conmemoración. Andorranos unidos a un sentimiento común, haciendo posible que la celebración continúe.
45 años custodiando al Cristo
La unión de los tambores y bombos de Andorra permanece vigente a través de la existencia del Cristo de los Tambores y Bombos, la única cofradía que los congrega a todos por igual desde hace ya 45 años. Gracias a ella se mantienen componentes fundamentales como los toques que todos comparten en actos como el de romper la Hora o la Escuela de Tambores y Bombos donde anualmente se forma un extenso número de niños y jóvenes de toda la localidad.
Sus inicios están directamente ligados al Cristo del Perdón, imagen que fue donada en 1978 a la entonces Junta Local de la Semana Santa. Fue en ese momento cuando el Santo pasó a denominarse como el Cristo de los Tambores y Bombos para así, a iniciativa del párroco mosén Pedro Ruiz, fundar una cofradía que marcó y un antes y un después en el municipio.
Aunque es cierto que antes de ello ya existía una gran afición por estos instrumentos. «Estos fueron introducidos por mosén Vicente Aguilar, natural de Híjar, en 1940. Posteriormente fue su hermano, mosén Carmelo Aguilar, quien se encargó de seguir con la tradición al insistir en que la gente saliera ataviada con túnica en las procesiones», explica Antonio Félez, autor junto a Olga González del libro que recoge el origen de esta tradición en la localidad editado por el CELAN, ‘De mazas y palillos’.

La túnica que se instauró para ello era negra, igual que en Híjar, por lo que para diferenciarla se decidió comenzar a adonarla con botones y cinturones rojos. «Fue el inicio del atuendo que conocemos a día de hoy. Posteriormente desaparecieron los botones rojos, se incorporó el emblema de la cofradía y se decidió colocar el tercerol en el hombro izquierdo», añade Félez.
El primer presidente de la Cofradía fue José María Quílez, a quien a lo largo de estos 45 años le han sucedido otros cuatro más, siendo actualmente Aitor Pes quien ostenta el cargo. Ellos y el resto de tambores y bombos integrantes han sido siempre los encargados de representar a la localidad en todos los eventos que se realizan alrededor de esta tradición a lo largo del territorio nacional e internacional, por medio de cinco grupos: Los Veteranos, La Seleccionadora, La Cochera, La Estación, Los Rebeldes y Los Salesianos, perteneciendo no obstante a la misma cualquier persona que se vista con la túnica y se cuelgue bombo o tambor.

Ejemplo de ello es la participación de la hermandad en las Jornadas Nacionales del Tambor, así como en las Jornadas de Convivencia de la Ruta del Tambor y Bombo, habiendo participado en las primeras ininterrumpidamente desde el año 1987, habiéndolas organizado en 1998 y en 2009 y teniendo en puertas las próximas en 2024. Al mismo tiempo, las Jornadas de Convivencia de la Ruta se han organizado en seis ocasiones: 1978, 1985, 1992, 2001, 2010 y 2019.
En el pueblo ha sido la encargada de forjar los actos de la Semana Santa tal y como se conoce en la actualidad. «Inicialmente el acto de Romper la Hora se realizaba en la plaza de la iglesia, pero este se trasladó a la plaza del Regallo el año en el que se fundó la cofradía. También fue el primer año en el que el Cristo salió en procesión. Además, a raíz de su creación también se comenzó a salir con antorchas en el viacrucis a San Macario, motivo por el que se modificó su nombre a la procesión de las antorchas, tal y como se conoce a día de hoy», explica Félez.
Desde 1987 la Junta de la Cofradía del Cristo efectúa también la elección del pregonero de la Semana Santa andorrana. Y además, una vez termina la procesión de la Soledad del Sábado Santo por la tarde, ese mismo año también se ideó una tamborrada general para inmediatamente dejar de tocar el tambor a una señal del presidente de la cofradía, algo que dio origen al posterior fin de redobles actual.
Pese a que años después este casi desaparece, a día de hoy es uno de los actos más emotivos de toda la Semana Santa, algo posible en gran parte-como todo lo anterior-por la labor de una cofradía de unos tambores y bombos que actúan como eje vertebrador y que, año tras año, no deja de crecer.
Preciosa y multitudinaria.
Sin duda alguna uno de los momentos más emocionantes y bonitos de la Semana Santa Andorrana.