¿Cómo entró en política?
Hace unos 30 años que soy afiliada al PP de Zaragoza. Participaba en comisiones y grupos de trabajo pero sin otra aspiración que estar donde el partido demandaba. Al venir al Bajo Aragón me puse a disposición del grupo de Castelserás y ya fui en listas pero atrás. Esta vez tocó encabezar, así que la alcaldía es algo sobrevenido. Mi ambición no es de poder, es de servicio al pueblo en el que vivo.
¿De dónde viene su inquietud?
Es más social. En Zaragoza en los 90 cuando se hicieron los primeros programas de educación para la salud en la DGA, en el grupo de la parroquia presentamos un proyecto de prevención primaria de drogas en San Pablo. También estuve muchos años en Caritas y participábamos en movimientos vecinales como el del casco viejo cuando se planteó la reforma en El Tubo y puerta Cinegia. Pensé entonces en ir a un partido a contar mis penas a ver si se hacía algo por mejorar condiciones de vida. Ahí entré en el PP.
Y ahora cada día pasa consulta en Caspe, donde hay muchas realidades sociales también.
Sí, llevo cuatro años allí aunque no tengo plaza en propiedad. Caspe es muy bonico, es un sitio acogedor y estoy muy a gusto. No tengo problema en invertir tiempo con mis pacientes sean de donde sean y si a veces necesitan más los no nacionales es por cuestión idiomática. Mi objetivo es que salgan sabiendo qué les pasa y lo que les quiero decir.
¿Lo consigue?
Aunque la tecnología no es mi fuerte, el traductor de Google es una maravilla (ríe). Al final te entiendes y hay situaciones duras. Vienen chavales que llevan años sin ver a sus padres. Son personas que están fuera de su casa, de su gente, y ellos se tienen que adaptar pero nosotros también tenemos que ponernos en su lugar.
¿Cómo ve el sector sanitario?
Con todos mis respetos, la sanidad está muy mal gestionada. Posiblemente no han podido o no han sabido hacer otras cosas, pero cada año está peor y hay más problemas en verano que se suplen a base de doblar turnos y consultas. Creo que hay que replantearse muy seriamente cómo queremos que sea la sanidad, ver si el plan está agotado y por otro lado, también ha cambiado la relación con el paciente. Mucha gente viene por algo que puede solucionarse tomando algo y dando tres días de margen.
¿Cómo compagina su vida?
Entro a las 8.00 y salgo a las 15.00 o las 17.00. Por la tarde dedico tiempo al ayuntamiento. Me levanto a las 6.00 para desayunar con calma. Alguno dirá que para qué me he metido pero aquí estamos.
Y la veo con ganas.
Sí. Hace dos años dije que no me presentaba a nada pero no salía lista. No podía ser eso después de que nos dieran la mayoría absoluta. Hay que dar la cara. No tengo ansias de poder, de hecho hemos pactado con el PAR la legislatura, pero ha sido un logro porque en abril no estaba claro si quiera si había lista.
¿Qué planes hay para Castelserás?
Muy normalitos. Ya está estudiado hacer una salida de emergencia en el club de jubilados; quisiera mejorar la Encomienda, eliminar barreras en el museo Loscos, arreglar calles…
Facilitar el día a día.
Y mantener tradiciones dentro de la mayor seguridad, y seguir colaborando con Comarca.
¿En qué sentido?
El plan Corresponsables tiene en la ludoteca una de las bases para atender a niños en el año y en verano con las colonias. Mientras haya locales no hay problema, es lo lógico. La asistencia social no va de partidos, es cuestión de justicia social y ayudar al que lo necesita.
¿Qué aficiones tiene?
Me encanta hacer indumentaria pero no me gusta coser.
¿Cómo puede ser eso?
(Ríe) Un dobladillo me cuesta muchísimo, es horroroso. En indumentaria tradicional he hecho casi todo, hasta flecar mantones. Soy de la época de Franco y en el colegio hacías costura mientras rezabas el rosario, eso era muy aburrido. Pero nos enseñaron corte y confección y educación política, que todo deja poso. Empecé a coser por ayudar en casa y aunque no me gustaba, te da una base para indumentaria.
Está en buen pueblo con una Feria Antaño en marcha. ¿Cómo lo ve?
El objetivo es consolidarla en torno al 20 de mayo, fiesta en la ermita, y que sea sobre indumentaria. Que yo sepa en Aragón no hay y especializarnos sería importante para un pueblo ya con identidad.
«Muy normalitos». Qué poca ambición para un pueblo que se está muriendo, nada, pues nos conformamos. Yo doy vueltas por los pueblos de alrededor y veo que no se conforman. Que hay una población envejecida, pues mejoran los servicios para ella, centro de día para jubilados y residencias, que crean puestos de trabajo. Que no hay vivienda para jóvenes, pues facilidades para urbanizar. Que hay casas que se caen en las calles que están vacías, pues plan de renovación de casco antiguo, con facilidades para jóvenes de primera vivienda o para aquellos que viven fuera y quieren pasar sus vacaciones o fines de semana en las viejas casas familiares, que son muy costosas de rehabilitar. Que quieren turismo, pues que se dinamice la oferta museística, que se adapte a la realidad en la que vivimos. Que quieren crear un negocio, aunque no sea virtual, pues le facilitan su instalación o dan facilidades para ello, apoyo institucional y material, administración cercana. (Que para que te den un papel o hablar con alguien hace falta audiencia y ser especialistas en programación, apps y master en administración informática…) Y de los niños y de la juventud , ni hablamos. Son pocos y no necesitan nada, lo que necesiten ya se lo darán sus padres. ( Formación cultural, deportiva y de ocio, que Alcañiz y Zaragoza están muy cerca) Señora, menos conformismo y si desconoce la realidad de su entorno, porque lleva pocos años viviendo en la comarca, pregunte a sus colaboradores sobre cómo esteban los pueblos de alrededor hace 20 años y cómo están ahora. Ellos Han cambiado y ha mejor, yo al mío lo veo como hace 20 años, pero con las calles vacías de gente, casas que se caen y unas escuelas y parques en las que se ve jugar a muy pocos niños, a no ser que sea verano.
NO SE CONFORME, ¿ha venido al pueblo a conformarse o a vivirlo? Sea ambiciosa
A colocarse como todos.