La familia Plaza, Manolo y Mónica, con raíces en Aliaga, continúan persiguiendo su objetivo de finalizar la prueba mas dura del mundo, el Rally Dakar. El tándem conquense se estrenó en pista en el puesto 129, tras una primera etapa en las que las manos del piloto decidieron la continuación de este dúo en la prueba, logrando un puesto 50 al final de la misma.
Una conjunción de mala suerte, problemas técnicos del coche y un trazado difícil rodearon a los de Sodicars Racing. «Concluir ya ha sido todo un logro. Seguimos adelante y confiamos en resolver los problemas esta noche para salir mañana de nuevo a la carga», aseguraban ambos al finalizar la primera etapa. «Hemos logrado no quedarnos atascados gracias a la pericia de mi padre«, añadía la copiloto Mónica.
Un gran ritmo pese a los problemas eléctricos durante la segunda etapa
En la etapa 2, 430 kilómetros separaban a padre e hija de su objetivo diario. Iniciaban con 158 kilómetros de enlace entre el primer campamento situado en el mar (Sea Camp), punto de partida del Rally Dakar, para ya poner rumbo de competición hasta Al Ula. Durante el día se enfrentaron a un terreno muy pedregoso que puso en jaque a todos los equipos. Por suerte, Manolo y Mónica no pincharon, pero tuvieron que hacer frente a un problema eléctrico que les obligó detenerse en carrera y reparar. Una vez resuelto el último contratiempo, conseguían cruzar la meta en el puesto 51.
«Tenemos una sensación agridulce. Por una parte, estamos contentos con el ritmo que hemos logrado marcar. Por la otra, nos están persiguiendo los incidentes. Pero ha sido una evolución en positivo respecto a la jornada de ayer. Estamos convencidos de que mañana será aún mejor. Tenemos una actitud positiva», afirmaban los conquenses a la finalización de la segunda etapa.
Con 15 dakares a sus espaldas, siendo una leyenda del rally raid, el piloto Manolo Plaza, añadía tras la segunda etapa: «El de 2023 prometía ser el Dakar más duro de la historia y al menos podemos decir que estas dos primeras etapas están dejando el listón muy alto«.
La lluvia sorprende en el desierto en la tercera etapa
El Rally Dakar se caracteriza históricamente por grandes gestas deportivas que unen la navegación, la resistencia, la astucia y la suerte. Pues este 2023 ha querido ser recordado por el episodio de lluvia torrencial al que tuvieron que sobrevivir los equipos con un desierto que terminaba anegado y embarrado.
La organización de la prueba decidió recortar la tercer etapa y redirigir a todos los participantes a la caravana en la que se encuentran todos los equipos, puesto que la situación empeoraba para todos. Una jornada en la que los problemas eléctricos volvieron a aparecer y unidos a la cantidad de agua que absorbió el coche, retrasó la llegada de Manolo y Mónica hasta la noche.
La transmisión se interpone a los Plaza en la cuarta etapa
Un día más, los integrantes de la caravana del Dakar se ponían en marcha tras establecerse en Ha»il. Con dudas entre los pilotos por el estado del terreno, debido a las lluvias que habían remitido durante toda la noche, se reanudaba la carrera con una cuarta etapa con principio y fin en el mismo punto de partida, la ciudad oasis del nordeste de Arabia Saudí. Entre dunas y hierba de camello, la familia Plaza iba a encontrar su primer gran impedimento en esta prueba.
Una vez completadas tres cuartas partes de la etapa, la transmisión del Sodicars BV2 dijo basta. Después de 340 kilómetros y un gran ritmo, intentaron reparar, pero finalmente fueron remolcados por camión hasta el punto de control más cercano. En este momento y con la finalización de la prueba por parte de la organización fueron enviados por un tramo de carretera hasta Ha»il.
La quinta etapa tomaba partido este jueves, pero, Manolo y Mónica no han podido formar parte de los competidores en pista. Por ahora, el equipo conquense con raíces en Aliaga no ha presentado el abandono y, por lo tanto, confía en reparar su coche para continuar en la competición y poder así cumplir su objetivo principal, terminar el Dakar.
«Esta es el rally más duro del mundo, la prueba de fuego para cualquier vehículo y todos tienen problemas en algún momento». Tras cuatro jornadas con incidencias en el prototipo, «los técnicos de Sodicars han considerado que hay que parar y revisar en profundidad si tiene solución, porque continuar así no es seguro», ha confirmado el tándem conquense.