La Semana Santa Ortodoxa se ha anunciado por todo lo alto este pasado fin de semana en Alcañiz, con la celebración de un taller de decoración de huevos de Pascua. Una tradición ancestral, la de pintar huevos, que llevada a su máxima expresión se convierte en arte. De hecho, en muchas regiones de la Rumanía rural, especialmente en Bucovina y Maramures, esta minuciosa actividad es considerada como un oficio en sí mismo, que realizan los artesanos rumanos.
Precisamente, uno de ellos, procedente de Cluj Napoca (Rumanía), ha viajado especialmente este fin de semana a Alcañiz para impartir un taller y difundir los secretos de una de las variadas técnicas existentes, conocida como ‘incondeiat’, en la que el fuego juega un importantísimo papel, por su capacidad de impresión en el particular lienzo (cáscara de huevo). Lo ha hecho a iniciativa de la Asociación de Rumanos del Bajo Aragón, en colaboración con el Ayuntamiento de Alcañiz, que por segundo año consecutivo ha impulsado esta actividad, con el objetivo de difundir sus tradiciones. «Enseñamos nuestra cultura y permitimos ver representaciones culturales diferentes. Es una actividad muy particular de Europa del Este.», destacó Daniel Cheres, presidente de la entidad.

El maestro artesano Claudiu Cublesan, especialista en la técnica decorativa de los huevos de Pascua, enseñó y explicó a los presentes en qué consiste esta particular expresión artística. Grandes y pequeños, se asombraron del nivel de detalle que presentaba su trabajo, parte del cual se expuso en el Centro Joven. Aunque pueda parecer algo muy llamativo para los occidentales, se trata de una práctica que, según explicó, existe también en otros países del mundo (China, La parte sur de África y la zona Este de Europa). «La historia que aguardan es lo que interesa», matizó. En el caso del Cristianismo ortodoxo se cree que María Magadalena y la Virgen Maria llevaban una cesta de huevos estando sentadas a los pies de Jesús crucificado. Su sangre, al derramarse en el suelo los manchó y desde entonces, la tradición marca que cada Jueves Santo los hogares pinten los huevos de color rojo.
Sin embargo, la tradición de los huevos precede al Cristianismo y se remonta al año 2.000 a.C., más de 4.000 años con respecto a nuestros días, cuando el China se realizaban rituales de enterramiento con huevos decorados, según explica el artesano. «Los estudiosos del tema piensan que el primer hombre capaz de razonar estaba fascinado con que del huevo podía surgir vida. Él consideró el huevo como la base de la creación de la humanidad y por eso empezó a decorarlo», destacó Cublesan. El Cristianismo bebió de esta tradición posteriormente, con otros elementos representativos, como la cruz o la espiga de trigo que recurrentemente aparecen en las decoraciones actuales.
El artesano rumano se dedica la pintura y decoración de huevos de Pascua desde los 7 años y con el paso de los años ha perfeccionado su técnica hasta conseguir verdaderas obras de arte. También es profesor de baile tradicional rumano, una disciplina muy ligada la mayoría de las expresiones culturales del país. Proveniente de Cluj Napoca, pudo compartir con sus compatriotas residentes en Alcañiz y conocer la numerosa comunidad rumana asentada en el territorio.
Comienza la Pascua Ortodoxa rumana
La Semana Santa Ortodoxa ha comenzado este Domingo de Ramos (9 de abril) para dar inicio a días solemnes y de mucha religiosidad para la comunidad residente en el territorio, principalmente de nacionalidad rumana. A diferencia de los tambores y bombos que marcan la Semana Santa Católica, la celebración Ortodoxa se caracteriza por el silencio, la reflexión y el rezo a través de diferentes ritos litúrgicos que se llevan a cabo en la Iglesia Ortodoxa Rumana (Atrivm). El Jueves Santo es cuando todas los hogares cumplirán con la tradición de la pintura de los huevos, en los que el rojo será el color predominante, representado la sangre derramada de Cristo, aunque también con los años se han introducido otros colores y técnicas decorativas.
El Viernes Santo tendrá lugar la tradicional misa ‘Prohodul Domunului’ cuando toda la comunidad se unirá en cánticos y oraciones por la muerte de Jesús. Ya el Sábado Santo a medianoche los feligreses acudirán a la misa de la Resurrección, que año a año congrega a miles de personas de toda la región para vivir juntos el momento álgido de la Semana Santa Ortodoxa. En las grandes ciudades como en Zaragoza, el nivel de afluencia es tan alto que las autoridades religiosas realizan el rito fuera de las iglesias, en amplias explanadas de la ciudad, previamente habilitadas a tal fin, en colaboración con las autoridades municipales. En el momento de la misa los presentes «reciben la luz símbolo de la Resurrección de Jesús» y se retiran a sus casas con las velas aún encendidas ya en la madrugada. Solo después de la medianoche, los huevos previamente pintados y decorados se podrán chocar entre sí, en un ritual familiar para ver cuál es más fuerte.
El Domingo de Resurrección las familias residentes en el territorio realizan su tradicional comida de Pascua, momento en que muchas de ellas se ponen en contacto con sus familiares de Rumanía para desearles lo mejor y sentirlos cerca en fechas tan señaladas.