«Yo a los 20 años quería contar verdades como puños. Era joven y también iluso, pero lo intenté. Ahora me lo paso en grande leyendo debajo de un olivo, me abre ventanas interminables». Estas palabras de Félix Teira, el escritor belchitano recientemente reconocido con el Premio de las Letras Aragonesas, fue uno de los titulares que dejó este viernes por la tarde las ‘Conversaciones sobre literatura’ que la Asociación Aragonesa de Escritores organizó en Alcañiz dentro del ambicioso programa que están desarrollando por toda la comunidad con motivo de sus 20 años.
Javier Fernández, presidente de la AAE y el propio Félix Teira protagonizaron una agradable tarde en el Palacio Ardid en la que se reflexionó sobre el momento actual de la literatura aragonesa y sobre todas las posibilidades que ofrece más allá de la ficción. Se incidió también en la necesidad de apoyo al escritor aragonés más desconocido a la hora de publicar y también sobre el apostar por la proximidad a la hora de comprar un libro. «Los buenos escritores se llevan sembrando mucho tiempo. Lean literatura aragonesa porque no les dejará indiferente», subrayó Fernández. En la misma línea se pronunció Félix Teira. «Si hay algo que esté hablando de Alcañiz o de una calle de Zaragoza que has recorrido… es diferente. Hay gente que se va a Londres solo para ver lo que Dickens describe, pero en la literatura aragonesa aparece Teruel, Huesca, Zaragoza y sus pueblos. Es muy interesante moverte por un escenario ficticio pero que tu conoces», añadió el Premio de las Letras Aragonesas 2022. A todo ello se le sumó el poeta local José Manuel Soriano que acompañó la tarde recitando varias de sus obras.

Además, durante este encuentro cultural, Javier Fernández explicó el recorrido de la asociación durante estas dos décadas. La Asociación Aragonesa de Escritores surgió el último fin de semana de junio de 2003 en Daroca y desde entonces han pasado por la misma más de medio millar de escritores de la comunidad. Ahora, con 250 socios, la Asociación celebra esas dos décadas de vida recorriendo Aragón y reivindicando lo local. «Que esta asociación siga existiendo es un milagro. La literatura es muy individualista y los aragoneses todavía más», concluyó.