Una exposición demuestra el paso del tiempo a través de trajes de novios. Completan la sala dos maquetas.
La Asociación de Amas de Casa Nuestra Señora del Rosario se ha convertido en una de las dinamizadoras de Azaila. Nació como tal casi por casualidad, para dar un formato más formal a las reuniones que cada sábado protagonizaban las mujeres que acudían al pueblo a pasar el fin de semana con las que residen en él.
De ahí surgió la asociación y con ella, decenas de ideas como la de organizar exposiciones que se metan en la historia del pueblo desde distintos puntos de vista. El recorrido de este año que propusieron en su semana de fiestas es a través de trajes de novio, todos ellos cedidos por gente de Azaila. «A través de la vestimenta se ve cómo ha cambiado el estilo de vida del pueblo», dijo la presidenta de la agrupación, Ana María Artal.
Cambios como por ejemplo, los que marcan el color ya que a comienzos del siglo pasado también las mujeres contraían matrimonio vestidas de negro.
Durante los últimos años, desde la asociación han analizado la historia local desde otros puntos de vista. En las últimas fiestas recrearon una vivienda del siglo XIX y en anteriores ocasiones, a través de radios o fotografías antiguas. «La gente ha colaborado en cedernos trajes y ha costado, claro, porque arreglarlos y el montaje no ha sido sencillo pero se hace con gusto porque la verdad es que está gustando, sobre todo, a los mayores», añadió.
La iglesia ha sido el centro neurálgico de los actos tradicionales esta semana, un templo que continúa con su restauración. El campanario, que precisa de un arreglo, ya fue objeto de rehabilitación hace 20 años. En ese momento, y al ver los planos, Alberto Tesán pensó en reproducir la iglesia a menor escala.
Eligió el alabastro y el resultado se puede ver en la misma sala que los trajes y labores de las mujeres y que la reproducción de un carro en madera obra de Eduardo Blasco. «En medio hay un descanso de seis años. Es una afición que he ido haciendo muy poco a poco», dijo Tesán.
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