Aragón es la región de Europa que más tormentas de granizo registra
Vientos huracanados, granizo y un tornado. Este cóctel recorrió buena parte del Bajo Aragón Histórico en la tarde del miércoles y dejó tras de sí algunos daños en campos e infraestructuras que todavía se contabilizan.
La tormenta dejó imágenes curiosas. Sin duda el fenómeno más extraordinario que provocó fue la aparición de un tornado en las proximidades de Urrea de Gaén. A falta aún de datos más fidedignos, todo indica a que sería un tornado de tipo F0 o F1 en la escala Fujita, es decir, de los más leves en una escala que llega hasta el nivel 6.
Este tornado llevó al Bajo Aragón a los informativos nacionales gracias a los vídeos que grabaron algunos urreanos como el de Eva Royo, que veía la tormenta junto a su marido, Joaquín Sobradiel. «Nos encanta verlas desde la ventana y Joaquín me avisó de una nube que hacía círculos… No pensábamos cómo iba a terminar», explicó ayer a La COMARCA.
Retomó la grabación con el móvil en cuanto vio cómo seguía. «Se aprecia cómo hace tierra, la polvareda, cómo suelta el tubo y cómo se recoge. Para mí fue espectacular porque nunca lo había visto», añadió. «Lo que más me sorprende es la cantidad de gente que hay interesada en esto, ¡me han preguntado de muchos sitios!», concluyó sonriendo. Este tornado se formó a unos tres kilómetros del casco urbano, en el paraje del «Taconero», entre Urrea y Albalate donde también cayeron piedras como pelotas de pinpon. El viento avanzó a Urrea con mucha menos fuerza pero la suficiente para dejar rastro. «Nos tiró un árbol junto a la carretera, el más grande que teníamos, y lo retiramos», dijo el alcalde, Joaquín Lafaja.
El tipo de tormenta que afectó al territorio se denomina supercélula. Se trata de una formación nubosa que, además de destacar por su enorme poder devastador, reúne una serie de características que la hacen diferente a otro tipo de células tormentosas. El más determinante es la formación de mesociclón, es decir, que el cumulonimbus -la nube de tormenta- cree una baja presión y comience a rotar sobre sí misma siguiendo el sentido contrario a las agujas del reloj, tal y como lo hacen las borrascas, por lo que, en cierto modo, la tormenta crea un pequeño ciclón. «Hemos observado en el denominado radar de viento radial, la formación de mesociclón», explicó Ismael San Ambrosio, portavoz del Centro territorial de Aemet. Otro de los rasgos que caracterizan a una supercélula es el movimiento errático que sigue el gran cumulonimbus, apartándose de la circulación general.
Pese a ser un fenómeno muy poco frecuente en toda Europa, la coincidencia de varios factores hacen que varias comarcas de Aragón -que es la región europea con más tormentas de granizo- reúnan las condiciones para una mayor incidencia de este tipo de tormentas severas. En el caso del Bajo Aragón Histórico, la cercanía al mar Mediterráneo, que aporta la humedad necesaria, la elevada altitud del Sistema Ibérico y las corrientes ascendentes que provoca el elevado calor que se genera en las zonas a más baja altitud del territorio provocan que cada varios años, se den las condiciones ideales para la aparición de estas supercélulas.
Otros lugares del mundo como Estados Unidos reúnen frecuentemente las condiciones ideales para la proliferación de estas supercélulas y son numerosos los aficionados y «cazatormentas» los que se desplazan anualmente hasta Norteamérica para seguir estos fenómenos. En el caso del Bajo Aragón Histórico, aunque más minoritario, el estudio de estas tormentas suscita el interés y la curiosidad de aficionados y cazadores de tormentas de todo el país.
Cabe recordar que en los últimos años el territorio ha estado afectado por varias de estas tormentas severas. El 31 de agosto de 2015 una tormenta descargó sobre Torre del Compte piedras de más de 10 centímetros de diámetro que arrasaron la totalidad de los tejados del casco urbano; ese mismo año Alcañiz registró una pedregada que causó importantes daños en la agricultura.
Pero sin duda, y a pesar de la interminable lista de este tipo de registros, fue 2003 el año más catastrófico para Alcañiz con dos tormentas de este tipo. El 23 de julio de ese año una supercélula tornádica provocó una fortísima granizada que provocó innumerables daños y un tornado F3 que levantó tejados y se cebó en el Polígono Las Horcas, así como en Valdealgorfa y Mazaleón. El 16 de agosto, tan solo tres semanas después, otra supercélula dejó en Alcañiz una granizada récord con piedras de hasta 900 gramos que arrasó todos los tejados, dejó 118 litros por metro cuadrado y provocó el terror en la capital bajoaragonesa. Todo ello tres años después de que el 31 de agosto de 2000 una pedregada abollase coches en el Matarraña y también en la capital del Bajo Aragón.
Daños de entre el 15 y el 30% en el frutal bajoaragonés
En el campo se vivió con especial preocupación la llegada de este frente que empezó en Albalate del Arzobispo a las cinco de la tarde y acabó en el Bajo Aragón-Caspe unas horas más tarde. Aunque en Valmuel la tormenta dejó a varios particulares con todo el fruto «tocado», en la zona de Puigmoreno y contra todo pronóstico inicial, hay cierto alivio ya que las primeras estimaciones indican que «no ha sido tan grave como amenazaba» especialmente en los campos de melocotón, donde los árboles ya están embolsados para la campaña de la D.O. Desde la D.O. Melocotón de Calanda, incluida en el Consorcio Antigranizo, estiman unas pérdidas de entre un 15-20%, una cifra que, según el presidente, Samuel Sancho, «entra en los márgenes habituales de cualquier año».
Un dato similar manejan en la Cooperativa San Miguel (Cofruval), donde un día después aseguraron estar «aliviados» en el sentido de que «se quedó en mucho menos» de lo que se preveía. «Parecía que iba a arrasar pero quedó en un incidente que estimamos que entre nuestros productores ha dejado una merma de entre el 15 y 30% porque descargó de forma desigual según la zona», añadió el presidente, Arsenio Rújula. «Al inicio descargó piedra seca y a esos les habrá perjudicado más», reflexionó el alcalde, Joaquín Alquézar.
En Valmuel los daños serán más cuantiosos para muchos particulares. «Prácticamente está toda la fruta en el suelo y la que no, apedreada», valoró el alcalde, Roberto Lahoz.
En la capital bajoragonesa, el Ayuntamiento ha contratado para este viernes los servicios de una empresa para que limpie todos los desperfectos en la ciudad. Principalmente hojas y basura en calles y parques.
En Castelserás la misma tormenta descargó piedra de pequeño tamaño causando algunos daños en viviendas y en algunos coches. Desde el Ayuntamiento, que este jueves restituyó la normalidad con la brigada municipal, solicitarán a la Diputación Provincial de Teruel el arreglo de dos caminos. «Hay un par que están impracticables incluso con tractor», dijo el alcalde, Javier García.
La lluvia, eso sí, sirvió para suavizar la sequía y aguantar las «escasas reservas» de Cueva Foradada para el riego. Su situación es crítica aunque no es la única.