Una vez se ejecute la segunda fase de la rehabilitación de la sinagoga, se reaviva la necesidad de un plan para el entorno
El barrio judío de Híjar, también llamado de San Antón, es uno de los más populares y antiguos de la localidad y se sumerge este fin de semana en las celebraciones de su patrón. Todo Híjar se trasladará a sus calles para honrar al santo que el jueves, en su día, ya tuvo algún recordatorio.
Los actos se desarrollarán en la plaza pero no en la ermita-sinagoga que lleva su nombre. El templo se encuentra en plena rehabilitación, en concreto, en un tiempo de espera entre la primera y la segunda fase. Esta, confían en que comience en breve, una vez el Ayuntamiento reciba el informe con el proyecto por parte del Gobierno de Aragón y salga a licitación. Esta nueva intervención lleva consigo una inversión de 284.000 euros procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), el mismo origen del que procedieron los casi 300.000 invertidos en la primera. Ambos FITE proceden del departamento de Vertebración del Territorio de la DGA, administración que además, declaró el edificio Bien de Interés Cultural (BIC).
Aunque con esta segunda partida no estarán culminadas todas las labores de restauración, el final sí que estará cerca. «Esperamos que estas sean las últimas fiestas de San Antón fuera de la ermita pero eso dependerá de la laboriosidad de ejecutar la siguiente fase ya que hay elementos que se deben poner en valor y proteger», dijo el alcalde, Luis Carlos Marquesán.
Restos en el suelo de la bimá o unas pinturas que aparecieron recientemente, son algunos de esos elementos que, en teoría, quedarán protegidos pero a la vista de los ciudadanos. Son vestigios encontrados en las catas realizadas a instancia de los expertos que participaron en el Congreso Internacional de Patrimonio Judío que organizó el Centro de Estudios del Bajo Martín antes del comienzo de las obras de la primera fase. Con estas catas se demostró que, efectivamente, antes que una ermita, San Antón fue una sinagoga. Incluso hay restos de un asentamiento de la época romana.
A punto de caer
Hace muchos años que el estado de la ermita clamaba una restauración antes de que se viniera abajo. A punto estuvo de hacerlo el 16 de enero de 2010 cuando se hundió el techo del campanario. Todo el escombró cayó sobre dos vecinos que terminaron por recuperarse.
Ese hundimiento aceleró el deterioro de la ermita donde la humedad ya estaba haciendo estragos. Las celebraciones se trasladaron a una capilla provisional, ya que en ese momento la ermita hacía las veces de iglesia permanente porque Santa María la Mayor se acababa de cerrar al culto por desprendimientos.
No fue hasta 2017 cuando se comenzó a intervenir de forma integral en todo el edificio. El peso de techos y tejado ya estaba cerca de provocar un colapso en la estructura.
Un plan más ambicioso
La ermita es de estilo mudéjar y se edificó a comienzos del siglo XV. Forma parte del Conjunto Urbano de la Judería, Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés. Realizar una restauración de todo este barrio es otra de las propuestas que se pusieron sobre la mesa hace años. De hecho, se actuó en algunas calles adyacentes a la ermita y se colocó embaldosado de estilo portugués con ornamentación judía. Sin embargo, queda mucho por hacer y en los presupuestos para el presente ejercicio hay previstos 40.000 euros para intervenir en la plaza de San Antón.
Este dinero servirá para «una pequeña actuación que servirá para arrancar un plan más global de toda la plaza completa», añadió el alcalde. Dicho plan, continuó, «está por definir en qué consistirá pero hay que hacer las actuaciones por fases».
Tener un plan definido para todo el barrio es lo que reivindicaron una vez más desde Ganar en el último pleno en el que se aprobaron los presupuestos. Fijaron como prioridad la redacción de un Plan Especial de Remodelación que recoja todas las singularidades y los planes directores de los elementos catalogados, y que se cree una comisión de trabajo, «un paso aprobado en una moción presentada por el grupo en 2016».
Las celebraciones del fin de semana se desarrollarán en la plaza, donde se montará la hoguera que arderá «al caer el sol» mañana. Lo hará después de la subasta, una de las tradiciones más arraigada de la localidad en las fechas de San Antón.