La ‘Ruta de las bodegas’ se ha convertido en una de las propuestas más esperadas de cada año en Belmonte. Surgió de una forma casual y «sin más pretensiones» pero lo cierto es que ha cumplido cinco años y este puente atrajo a cerca de noventa personas.
La cita consiste en recorrer bodegas particulares de aquellos que desean abrirla al público al que obsequian con algo de comer y vino, una parte de la que se encarga el Ayuntamiento. Para cubrir costes se cobran 10 euros por persona que acude con su vaso. Este año se visitaron seis bodegas separadas en dos rutas y se dividió al público en grupos de 15. Al final, acabaron todos juntos en la barbacoa municipal donde se disfrutó de embutidos y canciones. «Surgió una tarde con mi cuadrilla por recuperar una tradición. Quisimos hacer lo que hacían nuestros abuelos en los tiempos en los que se recorrían las bodegas de unos y de otros», explicó Jaime Jarque, vecino de Belmonte.
«No imaginábamos que iba a seguir. Es una actividad muy local y por las propias proporciones de los espacios es limitado y pero lo pasamos bien y los de aquí van invitando a amigos. Además, la gente va arreglando sus bodegas poco a poco». Tampoco era intención de la idea de Jarque y su cuadrilla hace cinco años pero lo cierto es que esta iniciativa sirvió de incentivo a muchas casas belmontinas para ir rehabilitando sus espacios. «Te diría que el 80% de las casas tienen bodega en el subsuelo la mayoría. Algunas están impracticables pero otras se van conservando o se pueden recuperar y la gente se anima», reflexionó Jarque. Cabe destacar que la localidad está inmersa en una recuperación paulatina de elementos desde que optó a entrar a la red de Los Pueblos Más Bonitos de España.