Berge espera que la rehabilitación de la Torre Piquer dé un impulso al turismo en la localidad tanto por el interés en conocer este importante elemento patrimonial con visitas directas como a través de las diversas rutas senderistas y de BTT. Además, para dar una mayor difusión tanto a la Torre como a todo lo que ofrece la localidad, el Ayuntamiento prepara una web municipal que se prevé lanzar a principios del próximo año. Desde su inclusión como Bien de Interés Cultural en 2006 el inmueble forma parte del Parque Cultural del Maestrazgo desde 2017, lo que facilita que un mayor número de público objetivo pueda conocer su existencia.
Las obras avanzan a buen ritmo y estarán terminadas antes del Pilar. El coste total de los trabajos asciende a 93.275 euros y están financiados con ayudas del FITE 2017. Las obras consolidan y estabilizan la estructura ampliando la superficie de cimentación además de reparar los restos respetando «al máximo» los muros, sistemas constructivos y huellas del inmueble original.
El proyecto también comprende la adecuación del camino de acceso a la torre desde el pueblo tratando de eliminar obstáculos y limpiando las cunetas para facilitar la llegada hasta la edificación, en notable mal estado.
Fue una torre de defensa
La Torre se encuentra al sureste de la localidad del Bajo Aragón, en una zona conocida como ‘barranco de Valdecastillo’. Su época de construcción divide a los historiadores (pertenece al siglo XVI según el área de Patrimonio del Gobierno de Aragón aunque según la Fundación Quílez Llisterri podría ser del siglo XIV).
La Torre Piquer se erige como una construcción de carácter defensivo que muy probablemente se utilizaba para vigilar el camino a pie entre Alcorisa y Castellote. Precisamente por este motivo su única entrada se ubica en altura y para acceder era indispensable una escalera, que se podía recoger rápidamente en caso de asedio.
Posteriormente, cuando la edificación dejó de tener una utilidad defensiva, se derribó una pequeña parte de la base para crear una entrada al nivel del suelo y facilitar el acceso a pie. Con la restauración este hueco se cerrará y solo se podrá entrar por el espacio original en altura, para lo que se colocará una escalera exterior.
Además, en el interior del inmueble se colocarán dos escaleras que permitirán subir hasta lo alto de la Torre Piquer y observar las vistas que ofrece del entorno. Para ello se desescombrará la zona -hay una gran cantidad de material caído que se ha ido acumulando durante los años- y se recuperarán las piedras originales para utilizarlas en otras fases de la rehabilitación. Hasta ahora solo se podía acceder a la ‘planta baja’ desde el interior, probablemente a través de una trampilla ubicada en el primer piso.