A quién no le gustaría viajar en el tiempo para, desde casi un escondite, contemplar el pasado, sus gentes y comprobar con sus propios ojos cómo era la vida de aquel entonces? Quizás uno cree que solo los más bohemios son quienes sueñan con la posibilidad de volver atrás, y, sin cambiar nada, tener el privilegio de ser espectadores en lugares que vivieron grandes cosas. Pero lo cierto es que cualquiera lo ha hecho alguna vez. Uno tiende a pensarlo al visitar lugares ya idealizados como, por ejemplo, el Coliseo Romano. «Aquí se realizaban grandes obras de teatro, ¿cómo serían realmente sus actores?…¿y su público?», podemos imaginar. Pero, ¿qué pasa cuando esto ocurre cerca de casa, en Calaceite: capital cultural del Matarraña que en su día estuvo habitada por toda una generación de grandes artistas? ¿Quién no quisiera entonces poder revivir aquello?.
Estas mismas fueron las preguntas que en su día surgieron entre los integrantes de la Oficina de Turismo cuando se plantearon crear una iniciativa que sirviera para «preservar la historia del pueblo». La opción habitual en estos casos, y una de las que quizás barajaron al principio, suele ser la puesta en marcha de una exposición. No obstante, sus impulsores pronto se dieron cuenta de que la historia de Calaceite era imposible de encerrar porque precisamente permanecía viva en lo que ahora es escenario de este nuevo proyecto: sus calles y viviendas.
Hablamos de un pueblo en el que tanto habitantes y visitantes comparten sus días y pasean por los mismos lugares que en su día lo hicieron grandes artistas y escritores. Todos ellos ven los mismos lugares que en su día inspiraron grandes obras, e incluso pasan por delante, a veces sin saberlo siquiera, de las casas que muchos tuvieron en aquellos «dorados años».

Por todo ello, la iniciativa que más sentido tenía llevar a cabo no podía ser otra que una ruta guiada que sirviera como ese viaje en el tiempo tan soñado e imposible, hasta ahora, de realizar. «Muchos conocemos estos lugares porque o bien tuvimos la suerte de coincidir con alguno de estos artistas o porque nos lo han hecho saber. Pero hay muchos jóvenes que quizás no sean conscientes de lo que ocurrió un día aquí y forma parte de nuestra historia. Este recorrido es la forma de que puedan aprenderlo», explica Mercè Gimeno, vecina de Calaceite y una de las impulsoras del proyecto.
Esta nueva ruta cuenta con un total de siete paradas en casas de artistas que inicia con el distinguido pintor Romà Vallès. Desde ahí se va a visitar la casa de los escritores los escritores Pilar Gómez y Ángel Crespo; Frances García y Mauricio Vaquez, otra pareja de escritores y traductores amigos de los escritores José Donoso y Pilar Serrano, cuya casa se visita justo después.
Además, también se visita la casa de la autora Bignia Kuoni, y la casa del matrimonio de artistas de Albert Ràfols-Casamada y María Girona. «Para ilustrarla ideamos unas placas con información que hemos colocado en cada una de las viviendas donde se realizan paradas de la ruta. Es un recorrido que une incluso a más artistas, porque muchos eran pareja entre ellos. De hecho, esta incluso puede derivar a que se hablen de otros tantos que también visitaron alguna vez nuestra localidad», añade Gimeno.
Un amplio grupo de personas de todas las edades se citó y esperó paciente este sábado hasta la hora en la que el primer recorrido estaba programado. El calor característico del final de la tarde no impidió que todos escucharan atentamente las historias de los artistas que la guía turística de la localidad iba entrelazando casa por casa. De hecho, algunos-amigos de los artistas-incluso quisieron ir un paso más allá e intervinieron con más anécdotas personales.
Ahora el objetivo es que la ruta pueda convertirse en una actividad turística más a realizar y que todo ello pueda repetirse de forma rutinaria. «Además, es algo que siempre nos ayudará a atraer más visitantes», añade Gimeno.
El papel de la familia de Romà Vallès
Todo este proyecto también está íntegramente ligado a la familia de Romà Vallès. Nieta e hija del pintor, Lídia Alcolea e Isabel Vallès, han sido dos de las personas que también han estado involucradas en la puesta en marcha de una ruta que, casualmente, tiene su inicio en la casa del artista. «Era una época en la que todos nos conocíamos, íbamos a casa unos de otros. Había un intercambio muy bonito», recuerda su hija.

El sábado ambas fueron en parte protagonistas, ya que aprovechando la ocasión también se inauguró una exposición que conmemora el centenario del nacimiento del pintor. Se trata de una muestra intimista, que enseña el lado más personal del autor y que demuestra, igual que el recorrido entre las casas de los artistas, que el arte tiene mucho más que ver con los lazos humanos de lo que pensamos.
El Matarranya una meravella