El olor a Jamón de Teruel, a queso y a todo tipo de producto artesano y agroalimentario han tomado las calles de Monroyo. La localidad ha acogido durante todo el fin de semana la XXXI edición de la Feria de Alimentación y Artesanía con una más que multitudinaria asistencia. Miles de personas han visitado el recinto ferial que se ha dispuesto por buena parte del casco urbano, con dos epicentros bien marcados: las plazas de Jose y del Ayuntamiento. Pese a que el pasado año la localidad fue una de las pocas del territorio que pudo celebrar su tradicional feria por la mejora de la situación sanitaria, lo cierto es que se trata de la primera vez en tres años que se lleva a cabo en condiciones de total normalidad.
La inusual bonanza meteorológica ha hecho que, de igual modo, la asistencia haya sido superior a la de ediciones anteriores tanto durante el sábado, como el domingo. El sol y las altas temperaturas diurnas han hecho que personas de todas las edades de localidades y comarcas vecinas no se hayan perdido una de las ferias con más historia del territorio. «Nos influye mucho la meteorología y este año sin duda ha sido decisiva. Además quiero agradecer a los artesanos y feriantes por su compromiso con esta feria que podemos calificar de todo un éxito», explicó Gloria Blanc, alcaldesa de Monroyo.
La inauguración oficial corrió a cargo el sábado a medio día de la Consejera de Presidencia y vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez. «Creo que esta feria recoge lo que representa el Matarraña, con el cuidado del patrimonio artístico y natural, al servicio de la actividad turística, y con un sector agroalimentario muy potente y de calidad», subrayó la consejera Pérez. El acto inaugural tuvo lugar en los porches de la monumental lonja de la casa consistorial de Monroyo y estuvo amenizado por la agrupación de gaiteros de Valdealgorfa. «Por un lado, la feria representa el cuidado de lo nuestro, de nuestra identidad, de lo que nos representa, y por el otro muestra cómo es el pueblo y lleva a disfrutar de las calles y del espacio público, algo que hemos recuperado una vez pasados los peores momentos de la pandemia», añadió.
Pérez estuvo acompañada de otros alcaldes de la zona como Susana Traver, de Valjunquera, Rafael Martí de Mazaleón, el edil alcañizano Javier Baigorri así como por el presidente de la comarca del Matarraña, Isel Monclús. «Tenemos que agradecer a todas las asociaciones y ayuntamientos por toda la labor de dinamización que llevan a cabo en el Matarraña. Este año es notorio que en todas las ferias, además de un gran trabajo, los vecinos y visitantes se están volcando», explicó Monclús. La cita incluyó este año como novedad tres talleres de artesanía de manipulado del algodón, un taller de cestería y una demostración de vidrio soplado para que los más jóvenes conozcan algunos de los oficios que todavía se realizan en la zona. Además, hubo un luthier, un trabajador del esparto y otro del algodón realizando actividades para todos los públicos.
Como en ediciones anteriores, el Ayuntamiento de Monroyo ha querido contribuir con la iniciativa «Un gustazo», con la que se podrán degustar raciones de los distintos productos a un precio asequible con el objetivo de dar a conocer una amplia muestra de productos del Matarraña y de comarcas vecinas. Pero sin duda el Jamón de Teruel fue uno de los protagonistas. El afamado cortado monrogino, Fernando Guarc, ofreció una exhibición de corte de jamón en la lonja de la casa consistorial. Todo ello después de que la localidad celebrase en agosto el VI Concurso de Corte de Jamón, valedero para el campeonato Nacional de España.
Cabe recordar que, pese a que se trata de la XXXI edición de la feria, con el actual formato, el origen de la misma se sitúa en el año 1382, cuando el rey Pedro IV «El Ceremonioso» concedió a la Villa el derecho a celebrar Feria Anual de 15 días de duración. En 1991, el Ayuntamiento decidió recuperarla tras varios años de declive en su antiguo formato.
Visita a las obras de La Mola
Previamente a la inauguración oficial la consejera Pérez y la alcaldesa quisieron destacar la inversión realizada en la localidad a través del Fondo de Inversiones de Teruel, con una subvención directa de 125.000 euros para la estabilización de la roca de La Muela o La Mola. Desde la Dirección General de Interior y Protección Civil se constató el alto riesgo de desprendimientos que existe, por lo que se consideró prioritaria la consolidación y estabilización del macizo rocoso.
Geológicamente, se trata de una mole de naturaleza detrítica, es decir, muy inestable. Está compuesta por arcilla, arenisca y rocas de conglomerado, un tipo de formación que tiende a los desprendimientos y cuyo riesgo aumenta considerablemente durante periodos de abundantes lluvias y sequías. «No podemos, desde DGA, estar de espaldas a las necesidades de los ayuntamientos. El Ayuntamiento de Monroyo nos trasladó su preocupación y entre consistorio y el equipo del Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales hemos podido hallar la fórmula adecuada», señaló Pérez.
Pedro J. Bel Caldú dice
Estos son mis recuerdos de cómo era la feria de Monroyo hace setenta años: https://pedro2013dotcom.wordpress.com/2016/04/18/la-fira-de-montroig-a-la-meua-recordanca-1950-1957/