Los honores a San Macario volvieron este año a las calles de Castellote con actos principalmente de calle. Entre ellos, la hoguera que ardió en la noche del sábado, y la danza de Vestir el Palo. Este momento se vivió este domingo en la plaza que lleva el nombre del patrón y en la puerta de su ermita donde se celebró la misa dominical. Decenas de personas siguieron la eucaristía desde los bancos y desde la plaza al calor del bienvenido sol de invierno.
Cerca de la una de la tarde comenzaron las pequeñas a danzar. Ocho chicas alumnas del aula de Castellote del CRA Olea que durante una semana estuvieron aprendiendo los pasos. Lo hicieron de la mano de Lucía Soler y Beatriz Borrás, dos castellotanas que voluntariamente siguen enseñando esta danza que ellas junto a su clase bailaron por primera vez en 1992. Ese año, hace 30 años, un profesor con familia en La Iglesuela del Cid, llevó este baile a Castellote y desde entonces, se baila por San Macario.
El año pasado no pudo ser debido a la pandemia, y en este estuvo en duda hasta el final pero pudo realizarse. «Se precisa de ocho niñas, que antaño eran de 9 años pero ahora las cosas han cambiado y son niñas de edades variadas hasta un máximo de 8 ó 9. También se ha abierto la posibilidad de que bailen niños porque este año hemos tenido un par de bajas que hemos podido cubrir pero si ellos quieren, adelante», dijo Soler. Han ensayado durante la semana anterior a la salida de las clases y también en los recreos. «Ha salido bien y no es fácil con esta variedad de edades pero le han puesto muchas ganas y tenían mucha ilusión,» añadió.