Desde este martes, quien quiera viajar para conocer un tesoro de cine a nivel europeo no solo puede visitar la Fontana de Trevi de Roma, la librería de Notting Hill en Londres o los estudios Babelsberg de Berlín, sino también el Bajo Aragón. Allí, en mitad de campos de melocotones y olivares, se halla el último Tesoro de la Cultura Cinematográfica Europea: el Centro Buñuel Calanda, un lugar que, a pesar de las dificultades para mantenerse en pie al no encontrarse en una gran capital, conserva vivo el legado de uno de los cineastas más importantes e influyentes de todos los tiempos atrayendo cada vez «a más visitantes». Este año, por ejemplo, por él han pasado ya casi 5.000 personas, un récord que se espera superar con este último reconocimiento otorgado por la Academia Europea del Cine. Cada uno de ellos tiene sus razones: unos atraídos por sus películas, otros por su surrealismo y otros por su persona, que no deja de sorprender. En breve esta podrá conocerse todavía más con las 140 cartas inéditas hasta la fecha que escribió a quienes le acogieron en su exilio en París y que el Centro Buñuel difundirá.
Los tambores y bombos calandinos fueron este martes los encargados de inaugurar un acto conmemorativo esperado por todos. La candidatura para obtener la catalogación como Tesoro de Cultura Cinematográfica fue presentada en su día por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales y el Ayuntamiento de Calanda, y aunque esta «no tardó en convertirse en una realidad», el acto oficial tuvo que retrasarse debido a las restricciones de la pandemia. No fue hasta ahora, un año después, cuando el Centro Buñuel por fin descubría su placa, y la expectación era tal que para el momento incluso se contó con la presencia de la propia familia de Buñuel.
Su nieto, Diego Buñuel, había pisado suelo calandino por última vez en 2006, 17 años atrás, pero tenía claro que debía regresar para un momento que demuestra que «Calanda continúa guardando viva la memoria de Luis». Por ello, él y su hermana Julieta se desplazaron junto a sus respectivos hijos desde París hasta la cuna del cineasta para formar parte de una cita en la que no evitaron mostrar su emoción. Diego, de hecho, ni siquiera pudo contenerse al escuchar los tambores. Allí, de la mano de su hija y expectante, él mismo movía su puño casi de forma instintiva al ritmo de lo que definió como «un sonido que entra en tu cuerpo y te modifica el ADN». «Me gustaría que mi abuelo resucitara para ver las portadas de los periódicos con la noticia de este reconocimiento. Estoy feliz de estar aquí y de haber escuchado los tambores. Esta Semana Santa haré lo posible para visitar nuevamente el pueblo junto a mis hijos«, dijo. Al acto, además, también acudió otra allegada: Carmen Cabrera, la viuda de Juan Luis Buñuel, hijo de Buñuel.

Las 140 cartas inéditas de Buñuel
El reconocimiento, para la familia, llega en un momento en el que la obra del cineasta «es más necesaria que nunca frente a la desigualdad del mundo actual». El director de la Academia Europea del Cine, Matthijs Wouter, la definió como «innovadora y siempre sorprendente, acompañada de su mirada internacional, sus decisiones arriesgadas e ideas surrealistas» que hacen de sus películas «un tesoro a nivel mundial», y su nieto insistió en que «necesitamos más surrealismo para combatir a la dureza de nuestra actualidad».
Por ello quizás tampoco es casualidad que el Centro Buñuel logre convertirse en tesoro del cine el mismo año en el que se conmemora el 40 aniversario de la muerte del cineasta. El mismo año, además, en el que su legado parece estar más vivo que nunca al lograr este año récord de visitantes y otros tantos proyectos todavía por desarrollar, como el epistolario inédito con 140 cartas de Buñuel que espera ver la luz antes de esta Navidad. «Son cartas que escribió a Lulú Jourdain, la mujer del pintor Hernando Viñes. El matrimonio acogió a Buñuel durante la primera vez que se exilió en París. Es uno de los proyectos más interesantes hasta la fecha porque nunca antes se han publicado», explicó el director del CBC Jordi Xifra, quien pese a que todavía no ha leído el contenido adelanta que los escritos hablan de cultura, política y otros tantos temas que permitirán «conocer un poco más la figura del cineasta». El proyecto será una realidad gracias a al apoyo Caja Rural de Teruel y en caso de que este no esté listo para diciembre se presentará en febrero, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento.
A ello, además, también se unirá la digitalización del archivo con la filmoteca española, otro proyecto que finalizará este año, y la creación de un restaurante de cocina de autor en la parte superior del CBC, una iniciativa para la que pese a que no hay fecha sí existe un proyecto redactado. «Estoy muy satisfecho del enorme trabajo que hay detrás de este centro. Desde la pandemia está viniendo más gente. Este año vamos a batir el récord alcanzando casi las 6.000 visitas. A ello se unen otros proyectos como las gafas de realidad virtual o la futura puesta en marcha de este restaurante para que puedan venir chefs a enseñar sus habilidades. Son iniciativas muy valiosas que estoy convencido darán resultado», dijo Alberto Herrero, alcalde de Calanda.

Un acto para conmemorar los 40 años sin el cineasta
El acto institucional también estuvo marcado por la petición que Herrero, quien incluso se dirigió en inglés al director de la Academia Europea para agradecerle su visita a la localidad, solicitó a la consejera de Presidencia y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, presente en la cita. Durante su discurso, el alcalde sugirió la celebración de un acto en honor a la figura del cineasta cuando se cumplen 40 años sin él, una propuesta que Hernández se comprometió a llevar a cabo. «Todavía no hemos concretado nada, pero vamos a ver si podemos organizar algo, y que, por supuesto, sea aquí en Calanda. Continuaremos respaldando de la forma que haga falta para que el legado de Buñuel siga vivo«, dijo.
Al evento también acudió parte de la corporación, diversas autoridades y alcaldes de legislaturas anteriores, quienes «también han hecho posible este reconocimiento». «Podríamos decir que el CBC es casi el segundo milagro de Calanda. A mí me ha tocado el honor de dirigirlo cuando hemos recibido este magnífico título, pero esto es un trabajo de muchos años y sobre todo de la gente que en su día decidió apostar por su creación, todos los alcaldes de Calanda desde el año 2000 hasta ahora», concluyó Xifra.
Todo muy bien, de verdad, excepto los tambores de Semana Santa en pleno octubre. Sí seguimos abusando así de una bonita tradición, sacándola a todas horas y a destiempo, acabaremos cayendo en el ridículo.
Los tambores de Calanda se hicieron mundialmente famosos a través de peliculas de D.Luis Buñuel, que menos que su presencia este en actos como este
Cierto Tulio…. al final los Tambores hasta para los cumpleaños infantiles…